ESPECTáCULOS
› SAN SEBASTIAN ENTRO EN LA RECTA FINAL ANTES DE LOS PREMIOS
Entre Roma y un tal George Bush Jr.
La película de Adolfo Aristarain rankea alto entre los críticos españoles, pero la Concha de Oro no tiene candidato definido. John Sayles recarga las tintas en sus alusiones al presidente de EE.UU.
› Por Horacio Bernades
Antes del anuncio de los galardones oficiales (mañana), el cine argentino ya recibió dos premios. Se trata de dos de los tres que otorga la sección Cine en Construcción, en la que proyectos latinoamericanos en fase de finalización se presentan a consideración de empresas privadas y fundaciones del ámbito de la cultura, para poder completar su acabado final. La ganadora resultó Iluminados por el fuego, que, como anticipó ayer Página/12, podrá cubrir todos los gastos de posproducción gracias al apoyo de distintas industrias técnicas, reunidas aquí para la ocasión. Además, el film de Tristán Bauer –una historia de ficción que transcurre durante la guerra de Malvinas– recibió un segundo premio en metálico, el de la organización ecuménica Signis, por 10.000 euros.
Prolongado hasta altas horas de la noche, el festejo rioplatense se extendió a los representantes de la otra orilla, ya que el film uruguayo Alma mater, de Alvaro Buela, se llevó el tercero de los premios de Cine en Construcción, atribuido por la fundación Casa de las Américas. Allí no terminan las buenas noticias para el cine latinoamericano, ya que Signis lanzó una convocatoria a concurso para primeras, segundas y terceras películas durante el 2005, con un premio de 100.000 dólares en danza. Mientras tanto, en distintas secciones del festival el cine argentino continúa mostrándose a pleno. Al mismo tiempo que El perro –tercera y última de las películas argentinas en competencia– iniciaba sus exhibiciones, Roma sigue encaramada bien alto en las preferencias de los críticos locales, cuyas votaciones publica diariamente el Diario Vasco.
Si bien cedió el primer puesto a manos del film británico Omagh, los 7,6 que reúne en promedio la película de Aristarain la ubican bien lejos de su inmediata perseguidora, que apenas llega a los 6 y pico. Teniendo en cuenta el favoritismo previo de Carlos Sorín (ganador aquí con Historias mínimas) y las primeras repercusiones de El perro, habrá que ver qué pasa cuando el dogo pegue sus primeros mordiscos sobre la tabla de calificaciones del Diario Vasco. Lo que puede anticiparse es que el nuevo film de Sorín tendrá una fructífera carrera internacional, teniendo en cuenta que ya fue vendido a Japón y a varios países europeos. Siguiendo con el cine argentino, Próxima salida, ópera prima de Nicolás Tuozzo que compite en la sección Zabaltegui, aparece segunda en la votación del Jurado de la Juventud, que discierne un premio aparte. Agrupado sobre todo en la sección Horizontes Latinos, el resto de los films argentinos (quince en total, sin contar cuatro coproducciones) continúa su recorrido en el festival, que se cerrará con el estreno mundial de La vida por Perón, nueva película de Alejandro Bellotti.
El carácter de San Sebastián como vidriera para el cine latinoamericano se vio refrendado en estas horas con la presentación de dos películas colombianas. Tercer film de Jorge Gaviria, Sumas y restas se presenta en competencia oficial, mientras que María, llena eres de gracia lo hace en Zabaltegui, tras arrasar en Sundance (ganó el Premio del Público) y Berlín (Mejor Actriz y Opera Prima). Que a Gaviria le gustan los temas fuertes había quedado evidenciado en su anterior La vendedora de rosas, sórdida crónica de chicos de la calle que años atrás había tenido una tan exitosa como exagerada recorrida por festivales. Sin llegar a esos extremos, Sumas... expone el carácter mafioso y arribista de los nuevos ricos colombianos, que como puede imaginarse no se llenan de dinero trabajando. Haciendo pie en la asociación entre un empresario de la construcción y un zar del narcotráfico, Gaviria elige un tono y un registro más cercanos al de Buenos muchachos que al de un film de denuncia.
Muy bien actuada, filmada de modo bastante primario y hablada de modo tal que obliga a los espectadores hispanohablantes a “colgarse” delsubtitulado al inglés, Sumas y restas es una película pensada para “pegar”, y lo logra sólo a medias. Mayor interés cinematográfico tiene María, llena eres de gracia, producida por HBO y dirigida por el estadounidense Joshua Marston. Pero fue filmada en Ecuador, con elenco íntegramente colombiano y hablada en castellano. Crónica de una muchacha pueblerina que, ante la falta de oportunidades, acepta un ofrecimiento para operar como “camello” (debe introducir setenta paquetitos de cocaína en Estados Unidos), el gran acierto de la ópera prima de Marston es el modo en que logra transmitir al espectador las vivencias de su protagonista. Sucede que María (la debutante Catalina Sandino Moreno está extraordinaria) tiene que tragar uno por uno los canutitos y largarse sola frente a la policía de migraciones, sin ninguna experiencia y estando embarazada. Totalmente despojada de golpes bajos, demagogias y especulaciones comerciales, habrá ocasión de volver a hablar de María, llena eres de gracia en semanas más, cuando se estrene en la Argentina.
La favorita de la prensa española, la irlandesa Omagh, revive las consecuencias de un tremendo atentado cometido por la fracción más extrema del IRA, que tuvo lugar en Belfast en 1998. Filmada con un estilo como de noticiero, se entiende que el tema resulte sensible en el País Vasco, y la película sintoniza con Perseguidos, documental sobre particulares que viven bajo amenaza de muerte por la ETA y que se exhibe en Zabaltegui. Centrada en la lucha de los familiares de las víctimas para que se hiciera justicia, Omagh es un film político irreprochable, pero no va mucho más allá de un telefilm correcto y eficaz. No puede decirse lo mismo del otro film político en competencia, la estadounidense Silver City, seguramente lo más flojo que el prestigioso John Sayles haya filmado en su vida. Obvia trasposición de la figura de George Bush, el malo es un candidato a gobernador de derecha, hijo de un senador más de derecha que él.
Con algún afiche de Bush colgado por ahí, Silver City gira sobre la aparición de un cadáver en plena campaña por la gobernación, lo que da pie a una de esas investigaciones que resultan ser una mera tapadera. Disparando dardos obvios sobre blancos fáciles, el film de Sayles (autor de títulos tan estimables como City of Hope, Lone Star o Sunshine State) es la típica película para convencidos, casi una suerte de Caiga quien caiga que empieza como sátira y termina como un thriller con el final más previsible. Film coral actuado por uno de esos superelencos que John Sayles suele reunir (Chris Cooper, Kris Kristofferson, Tim Roth, Billy Zane y una notable Daryl Hannah), no sería sensato descartarla de la carrera por las Conchas. ¿O acaso Fahrenheit 9/11 no ganó este año en Cannes?