Mar 26.10.2004

ESPECTáCULOS

“Lo importante no es lo que te ocurre sino cómo enfrentas la adversidad”

En Madrid, el músico español anunció que padece cáncer de vejiga. “Lo mejor que se puede hacer es enfrentarlo”, explicó.

Por Aurora Intxausti *
Desde Madrid

“Tengo un carcinoma de vejiga y me tienen que operar en noviembre.” Con estas palabras anunció Joan Manuel Serrat la enfermedad que lo obliga a suspender su gira por América y que lo mantendrá alejado de los escenarios a partir del 4 del próximo mes. Desde mañana y hasta el próximo 31 de octubre, el cantautor actuará en el Teatro Albéniz de Madrid, con su Serrat sinfónico. El cantante habló del cáncer y dijo tenerlo “perfectamente asumido” porque, comentó, “en esta vida lo importante no es lo que te ocurre sino cómo eres capaz de enfrentarte a las adversidades”.
El anuncio que hizo Joan Manuel Serrat del cáncer que padece, mientras disertaba sobre cómo entiende su actual momento musical, resultó apabullantemente sorpresivo. “Me he visto obligado a suspender los conciertos de Estados Unidos, Costa Rica, Uruguay y la Argentina porque desde hace año y medio tengo un carcinoma de vejiga. El tratamiento no ha sido todo lo beneficioso que esperaba, y no tengo más remedio que someterme a una intervención quirúrgica”, señaló.
La seriedad de su rostro mientras comentaba la enfermedad fue desdibujándose y, con una sonrisa en los labios, Serrat comentó que físicamente se encuentra bien, que ha podido tener una magnífica calidad de vida durante este tiempo y que los únicos inconvenientes que ha padecido desde que conoció el diagnóstico es haber estado obligado a llevar una dieta. “Tuve la suerte de que fue descubierto a tiempo, porque no tiene manifestaciones externas. Anímicamente me encuentro bien porque lo tengo asumido. Lo importante no es lo que te ocurre sino cómo enfrentarte a ello. Cómo uno se enfrenta ante las adversidades”, explicó.
El cantante catalán lleva casi un año de gira por España dando a conocer su álbum más reciente, Serrat sinfónico. “He realizado unos 80 conciertos, que terminarán el día 4 de noviembre en Girona, y en Madrid actuaré seis días.” Serrat habló del público de esta ciudad y dijo que es “generoso”. “Está acostumbrado a asistir a espectáculos más que en otros lugares y eso se nota, y no quiero decir con ello que se conforma con cualquier cosa.” Serrat, que durante esta gira se hace acompañar en cada lugar en el que actúa por la orquesta de la comunidad a la que el lugar pertenece, dice que interpretando este disco se siente “acústico, sinfónico y eléctrico. He vivido una experiencia fantástica al poder vestir mis canciones de una manera distinta de la habitual y dar a cada tema un prisma diferente. Pude ver y escuchar de otra forma cada una de las composiciones que había creado para el disco. Era un trabajo que sabía que tenía que salir a lo largo de mi trayectoria profesional y ha sido en estos dos últimos años. Tenía que ser en directo porque siempre he primado la actuación en contacto con el público a una grabación. Cada concierto ha resultado una experiencia diferente y enriquecedora”.
Serrat sinfónico, editado en el 2003, contiene canciones de sus comienzos, como Ara que tinc vint anys, y algunas de sus últimas composiciones, como La bella y el metro y Es caprichoso el azar, pasando por Cantares, Mediterráneo, Pare, De cartón piedra, Bendita música, Herido de amor, Aquellas pequeñas cosas, Princesa, El carrusel del Furo, Mi niñez, Pueblo blanco y Barquito de papel, todas ellas grabadas con la Orquesta Sinfónica de Barcelona. “No quería hacer ni una antología ni un grandes éxitos: el resultado es una parte muy importante de mi trayectoria musical”, dijo en el encuentro.
El músico, que cumplió 60 años el pasado mes de diciembre, cantará seis días en Madrid “canciones que tienen 40 años y otras que tienen uno. Lo bueno es que no encuentro ninguna diferencia entre ellas... bueno, sólo los años”, matizó. “Cada una de las canciones te hace recordar momentos y situaciones diferentes, pero trato de no cultivar la nostalgia, no suele llevar a nada bueno.” No hay improvisación en sus conciertos, aunque lo parezca. “Hay que desconfiar de los artistas que improvisan, ya que para hacerlo hay que saberse todo muy bien. Además, no puedo cantar como yo quiera porque tengo detrás a otros 90 tipos que tienen otras intenciones. Sólo cuando uno se lo ha estudiado todo muy bien se puede establecer complicidad con la orquesta y hacer cosas juntos que parecen improvisadas, y que responden al buen trabajo de todos.”
“Lo mejor que uno puede hacer cuando te dicen lo que padeces es enfrentarte a ello. Hay que mirar de frente a la adversidad, no te queda otra posibilidad. No hay otra solución, o al menos yo no la conozco”, aseguró Serrat momentos después de haber hecho público que abandonará durante un tiempo los escenarios, donde pasó la mayor parte de su vida desde que en 1965 grabó Gitana. Sabe que en noviembre lo dejará, pero no tiene ni idea de cuándo se embarcará de nuevo en una aventura musical, lo que sí tiene claro es que lo hará en cuanto tenga fuerzas para ello. “Volveré a cantar cuanto antes, porque es mi vida y ha sido siempre mi vida.” Y cuando habla de la música lo hace con pasión y entusiasmo. “He actuado con músicos de muchas orquestas sinfónicas de España y descubrí su calidad, su preparación, su amor y su forma de entender la música, y es apasionante. Trabajar con ellos descubre otra dimensión de cómo puedes entender la vida.”
Serrat asegura que no tiene un sentido fatalista de la vida y explica que lo que le sucedió es como “un accidente superable. Lo he aceptado y no me causó hasta el momento demasiados conflictos con mi propia existencia. He seguido trabajando y en ningún momento me obligó a parar. Continué componiendo, creando música, que es lo que sé hacer”. En estos casi 40 años de vida artística, Serrat lleva grabadas cerca de 400 canciones en las que poesía y música confluyen de manera exquisita.
Ante este alto en el camino que se ve obligado a realizar, el artista se plantea el futuro con “absoluto optimismo. Lo sucedido no me ha obligado a revisar mi vida porque no es algo que vaya con mis planteamientos vitales. Desde hace mucho sé que lo que uno vive es un tiempo muy preciado, valioso y escaso”. Entre las cosas a las que se vio obligado a renunciar durante este tiempo se encuentra el vino, “aunque a veces, muy de vez en cuando, engañé a mi médico. Pero como todos los reencuentros, será maravilloso poder tenerlo de nuevo en mi dieta, porque estoy convencido de que mi vida será parecida a como era antes de que apareciesen esas células malignas”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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