ESPECTáCULOS
› CANAL PARA AMERICA LATINA
Los sueños de la pantalla integrada
La señal tendrá como eje la integración regional. Se distribuirá a partir de 2005.
› Por Mariano Blejman
Con un poco de suerte, el sueño bolivariano de tener un continente unido podrá verse por televisión en el 2005. Como es indudable, a partir del liderazgo regional que Brasil logró desde que Lula da Silva asumió su presidencia, la idea de conformar una Televisión de América Latina (TAL) es vista con buenos ojos por la comunidad televisiva del sur del continente. Un mercado de 500 millones de personas que produce unas 2000 horas de televisión por año por país sin fluida comunicación entre países. Hay una frase remanida que dice que sin integración cultural no hay integración económica ni política. Por eso viene gestándose en Brasil un canal abierto que se distribuirá gratuitamente desde marzo de 2005. Con el Pacto Andino y el Mercosur de contexto, la Televisión de América Latina (www.tal.tv) tendrá cuatro pilares de producción asentados en Argentina, Brasil, Colombia y México para achicar las distancias de distribución del eje sur-sur.
Su director de programación, Rogério Soares, visitó el XI Festival de Video de Rosario tiempo atrás para impulsar el TAL, una Oscip (Organización Social Civil de Interés Público) que funciona como red de asociaciones que se dedican a la televisión, con voluntad política de integración. Tiene un fuerte apoyo del teórico cinematográfico Orlando Senna, jefe del área audiovisual de Brasil (el Incaa brasileño), dependiente del Ministerio de Cultura bajo el mando del músico Gilberto Gil. Entre los asociados hay escuelas de cine, festivales, televisiones públicas, productoras, como Ciudad en Uruguay, Canal 13 en Colombia, TV Cultura en Perú y el Festival de Rosario, Festival DerHumALC, Tea Imagen, FUC, FundTV, La Tribu, Pulsar, Movimiento de Documentalistas, Ciudad Abierta y el Estudio Crepúsculo, en Argentina.
“Hay dos cuestiones: una estética y la otra temática. La cuestión estética será libre, ya que las condiciones de producción son diferentes en cada país. Tampoco las temáticas son restrictivas. La retórica latinoamericanista se ha escuchado en el gobierno de Chávez, en el de Kirchner, en el de Lula, en el de Lagos”, cuenta Soares. El problema detectado es que las televisoras públicas están bajo el amparo de burocracias difíciles de tratar. Una vez analizado el mapa de la producción en América latina, los de TAL afinaron el lápiz para ver cómo distribuir la señal. “Será un canal gratuito para operadores de cable y se negociará en cada país la manera de distribución”, cuenta Soares.
Entre los principales medios, la televisión satelital será muy posiblemente la señal más recomendada para ingresar en América latina. El satélite tendrá cobertura para las Américas, Europa y el norte de Africa. Y no será codificada. La estrategia de los brasileños es conformar un consejo de programación con un representante por país. “El problema más grande será de producción en el futuro”, dice Soares. Porque el canal tendrá 24 horas de transmisión con derechos liberados para distribución no comercial. “Calculamos que se debilitará el archivo en unos tres años. Comenzaremos a planificar coproducciones en la segunda fase de integración”, cuenta Soares.
El contenido estará pensado en función de los potenciales 500 millones de televidentes. “Como Brasil tiene 30 por ciento de la población territorial, tendrá un 30 por ciento de la pantalla”, dice Soares. Eso se corresponderá con el subtitulado en sistema espejo: será en español si el material original es en portugués y viceversa. Los pilares ya asentados en Argentina, Brasil, México y Colombia no son sólo geopolíticos, tienen que ver también con el volumen de producción en estos países.
Serán seis horas diarias de programación original (que se repetirá tres veces) sin horarios centrales pero con franjas divididas en trabajos culturales, turísticos, políticos, agrícolas, tecnológicos o de medio ambiente. “Para alentar la integración de los pueblos, las noticias tendrán neutralidad política”, dice Soares. Existirá también el festival DocumenTAL para premiar producciones. “Podrá haber hasta 10 patrocinadores por país con segmentos exclusivos.” A cambio tendrán en pantalla 12 minidocumentales informativos de 2 minutos. Un 30 por ciento de los ingresos irá para TAL, el 70 por ciento a un fondo de producción. Soares sabe que construir la identidad llevará tres años y que no habrá material foráneo ni en otros idiomas como el inglés, francés o el español. “El español de España”, aclara.