Pasaron casi cuatro años desde que por última vez los rockeros del Primer Mundo llegaron a Buenos Aires en malón. En el medio, la crisis económica espantó a la mayoría de los que antes siempre pensaban en la Argentina a la hora de planear una gira, y cada visita se recibió como una suerte de milagro. Sin embargo, a pesar del 3 a 1 y de que todavía no se removió el IVA a los espectáculos musicales, hoy y mañana se podrá disfrutar de un festival como los que se multiplican en Europa y Estados Unidos, esos en los que la suma de nombres puede dejar babeando a más de un amante de la música. En el cartel del Personal Fest que se desarrollará en el Club Ciudad de Buenos Aires (Libertador 7501) brillan Morrisey, Primal Scream, PJ Harvey, Blondie, Death in Vegas, Pet Shop Boys, Mars Volta, Goran Bregovic, Rinocerose, Bebel Gilberto, DJ Andy Smith, Electric Six, Soulwax, Nancy Wilson, Gustavo Cerati, 2 Many DJs y Stone Love, en un variopinto encuentro de sonidos que seguramente quedará en las retinas y los oídos de una multitud.
El Personal Fest es una apuesta grande de Daniel Grinbank, quien volvió a la organización de shows de rock tras un paso errático por el mundo del fútbol. El retorno del empresario no fue fácil: sus antiguos socios y subordinados ahora manejan la mayor parte del mercado y tienen contratos de exclusividad con los principales estadios y teatros. A Grinbank le costó encontrar un lugar para desarrollar sus espectáculos, hasta que el Club Ciudad de Buenos Aires se abrió como una posibilidad interesante: allí organizó durante este año el Festival BUE, que trajo por primera vez a Massive Attack a la Argentina. El predio es muy grande y cuenta con gimnasios y varias canchas al aire libre, lo que permite la instalación de varios escenarios sin que el sonido se superponga. El festival contará con siete reductos diferentes, desde un escenario principal por donde pasarán los artistas de más renombre hasta lounges para descansar de tanto rock con algo de relajante electrónica chill out. Y cuando la programación de los espacios mayores haya terminado, habrá posibilidad de quedarse bailando hasta la madrugada del día siguiente, en varias pistas alimentadas por DJ’s locales y extranjeros.
Las puertas del club se abrirán los dos días a las 17 y los shows comenzarán media hora más tarde. El viernes, el cierre del escenario principal estará a cargo de Primal Scream, que el año pasado publicó Dirty hits, una recopilación con lo mejor de su carrera, en la que puede ir desde el primer cruce serio entre rock y dance (los temas de Screamadelica) hasta la electrónica chirriante de los últimos tiempos. Y eso es lo que puede esperarse también de su segunda visita a Buenos Aires (estuvieron en Museum en 1997), ya que su próximo disco recién está en su etapa inicial. Antes de Bobby Gillespie y su seleccionado británico se podrá disfrutar de la desafiante actitud de PJ Harvey, quien prometió no basarse tanto en su último disco (Uh uh her) y repasar sus canciones más brillantes. Allí también sonará la explosiva combinación de hardcore, free jazz, rock progresivo y ritmos latinos que propone The Mars Volta, una de las revelaciones de 2003. En el segundo escenario estarán los siempre interesantes Pet Shop Boys, la brasileña Bebel Gilberto y el uruguayo Jorge Drexler.
La sorpresa del sábado es que el cierre del “Main Stage” le corresponda a los franceses Rinocerose (quienes estuvieron también en el BUE), pero es sólo una cuestión de horarios: el verdadero plato fuerte de la noche es Morrisey, quien regresa a Buenos Aires con su celebrado You are the quarry, primer álbum que publica en los últimos siete años. Blondie también convocará mucho público, entre nostálgicos de la new wave de los ’70 y ’80, y otros más chicos que querrán ver cómo eran esos señores que inspiraron buena parte de la escena actual (con cierta amplitud de criterios, desde los Strokes hasta Miranda!). Gustavo Cerati y Virus también estarán en ese escenario. Y en el segundo habrá nombres fuertes como los del serbio Goran Bregovic (con su ensalada de folklore balcánico), los ingleses Death in Vegas (electrónica rockera) y los mexicanos Kinky (funk-dance latino). Un menú bien variado.