Sáb 20.11.2004

ESPECTáCULOS  › PAGINA/12 PRESENTA CON LA EDICION DE MAÑANA UN DVD IMPERDIBLE DE PAUL MCCARTNEY

Las canciones que mejoraron la historia

Filmado durante su gira mundial de 1993 –la misma que lo trajo a la Argentina–, Paul is Live in Concert on the New World Tour lo muestra junto a una banda impecable. Allí, McCartney interpreta trece temas del inmortal catálogo Beatle, como Hey Jude, Yesterday y Let it Be, entre otros, junto a algunos de sus mejores éxitos como solista.

Por Claudio Kleiman

Paul McCartney fue el primero de Los Beatles cuya muerte fue anunciada públicamente, a fines de los ’60 –cuando Los Beatles aún existían como grupo–, al difundirse el insistente rumor de que estaba muerto y había sido reemplazado por un doble, obligándolo a hacer una pública desmentida con la histórica frase, “juro que no morí”. Pero lo cierto es que, en la vida real, Paul ha demostrado ser un tozudo sobreviviente, sobreponiéndose a las pérdidas de sus ex compañeros John y George, y de su esposa Linda. Artísticamente, también su permanencia es incuestionable. De los cuatro Beatles, es el que ha llevado adelante la carrera solista más prolongada, constante y exitosa. John Lennon se retiró de la vida pública y su retorno fue tristemente truncado por su asesinato; George Harrison se convirtió en una especie de recluso que renegaba de las actuaciones en vivo, haciendo apariciones discográficas cada vez más esporádicas hasta su fallecimiento en 2001; y Ringo, consciente de que su obra como solista no tiene el suficiente peso por sí sola, comparte el centro de la escena con otras viejas estrellas de rock en su All Starr Band.
McCartney optó por el camino contrario: mostrarse continuamente a la luz de la exposición pública. El mismo dijo que eligió hacer lo contrario que Greta Garbo, quien se recluyó para que la recordaran siempre como cuando era joven y hermosa. “Yo me aseguro de que la gente me vea cada año. Fue una decisión consciente que me banco. Este soy yo, y si no te gusta te podés ir, realmente”, explicaba. Pero la exposición tiene su lado negativo, y cosas como el éxito y la supervivencia no son algo que los críticos perdonen fácilmente.
En el plano musical, también recayó sobre Paul la responsabilidad de cargar con el enorme legado artístico de Los Beatles y exponer ante multitudinarias audiencias esas canciones perfectas que conmovieron al mundo. El ámbito donde McCartney ha desarrollado este trabajo son principalmente sus giras mundiales, y por eso cada una de ellas –que además, se producen sólo esporádicamente– es un acontecimiento para recordar y atesorar.
Después de haber establecido su propia identidad con el grupo Wings, con el que llevó a cabo el plan que originalmente tenía para Los Beatles, volver a hacer giras tocando en lugares pequeños, McCartney comenzó muy lentamente a reconciliarse con su pasado. Luego de la disolución de Wings en 1980, editó algunos álbumes remarcables como Tug of War (1982) y Pipes of Peace (1983), pero no estuvieron acompañados por actuaciones en vivo. También produjo singles exitosos en duetos con Stevie Wonder (Ebony and Ivory) y Michael Jackson (This Girls is Mine, Say Say Say), pero probablemente el asesinato de Lennon y la necesidad de dejar atrás la gigantesca sombra de Los Beatles aún pesaban demasiado.
Una de las cosas que operaron como catalizadores para su renacimiento artístico fue la relación con Elvis Costello, otro nativo de Liverpool con el que comenzó a componer canciones, asociándose por primera vez con otro artista que no fuera Lennon. Los resultados de esta colaboración aparecieron en el álbum Flowers in the Dirt (1989), aclamado unánimemente como su mejor disco en muchos años. Además de Costello, McCartney convocaba los talentos del productor Mitchell Froom (Los Lobos, Elvis Costello, Suzanne Vega), el legendario pianista Nicky Hopkins (Rolling Stones), el guitarrista David Gilmour (Pink Floyd) y la siempre eficaz ayuda de su esposa Linda. También trabajaba con dos guitarristas que se convertirían en sus colaboradores cercanos durante los próximos años: Hamish Stuart (ex Average White Band, que además cumplía funciones como bajista y vocalista), y el virtuoso Robbie McIntosh (ex Pretenders).
Lo que es más importante, las giras que siguieron a este álbum fueron las primeras exposiciones de Paul ante públicos masivos de todo el mundo en años y, a través de sus conciertos, McCartney se reconectó con sus fans reviviendo su catálogo de canciones clásicas, algunas de las cuales nunca habían sido interpretadas en vivo (recordemos que Los Beatles dejaron de hacer shows en 1966). A esta gira le siguió el álbum en vivo que documentaba la misma, Tripping the Live Fantastic (1990). Luego, en 1991, llegó una muy bien recibida performance acústica en el MTV Unplugged que se volvió el primer show de este tipo en ser transformado en un disco (Unplugged-The Official Bootleg) y un trabajo donde se internaba en el terreno de la música clásica, The Liverpool Oratorio.
Paul volvería a repetir el esquema de nuevo disco seguido de gira mundial y álbum en vivo con el siguiente álbum de estudio, Off the Ground (1993), y la edición de Paul is Live en ese mismo año, y también con el que es hasta ahora su último trabajo con nuevas canciones, Driving Rain (2001), cuya gira quedaría registrada en Back in the U.S. Live 2002, un magnífico álbum doble que también cuenta con su versión en DVD.



Paul is Live


Paul is Live in Concert on the New World Tour fue filmado durante la gira de 1993 en apoyo de Off the Ground, álbum que presentaba una banda conformada por los mencionados Hamish Stuart, Robbie McIntosh, Linda McCartney, más el tecladista Wix Wickens y el recién llegado Blair Cunningham (baterista norteamericano que reemplazó a Chris Whitten, que se fue a los Dire Straits). Este mismo grupo fue el que salió acompañando a Paul, quien con 50 años recién cumplidos encaró una extensa gira mundial en apoyo del disco, que lo llevaría por Europa, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá, Japón y Sudamérica.
El film, dirigido por Aubrey Powell (ver recuadro), fue publicado inicialmente en video, y recientemente transferido a DVD, restaurado y remasterizado con sonido 5.1 Dolby Digital Surround. Se le añadieron como extras una galería de fotos y la biografía de McCartney. La “New World Tour” encuentra a Paul y su banda en magnífica forma, suplementado por buenos efectos de luces y video que complementan la música sin interponerse. Un recurso utilizado con gran sentido de la dinámica son las escenas de otros conciertos de la misma gira, que aparecen en blanco y negro, intercaladas con las del concierto principal, registrado en brillantes colores.
En cuanto al repertorio del disco que ofrecerá Página/12 con su edición de mañana, buena parte de los 21 temas pertenece al catálogo de Los Beatles, junto con cinco canciones del álbum Off the Ground: el contagioso hit Hope of Deliverance –que remite a sus primeras épocas en Liverpool y el auge del skiffle, con un mensaje optimista–, C’mon People, Biker Like an Icon, Looking for Changes –escrita en contra de los experimentos con animales–, y Peace in the Neighbourhood. A éstos se añaden otros dos temas de su carrera solista, Let me Roll it, con un gran riff de r&b (del clásico de Wings, Band on the Run) y la compleja y atrapante Live and Let Die, que Paul compuso para la banda de sonido del film homónimo de James Bond (1973).
Los temas de Los Beatles reviven las distintas etapas de la carrera del grupo, incluyendo varias que McCartney no interpretaba desde sus épocas con los Fab Four, y otras que nunca habían llegado a ser tocadas en vivo por éstos. De la primera época están All my Loving y Kansas City (que si bien es de Leiber y Stoller, Los Beatles grabaron en For Sale), a los que se puede agregar Good Rockin’ Tonight, un homenaje a Elvis y el rockabilly que Paul interpretaba desde sus tiempos de adolescente. Lady Madonna y Drive my Car muestran el lado más inclinado hacia el r&b del repertorio Beatle, mientras que con Penny Lane, Paperback Writer, We Can Work it Out y Magical Mistery Tour, la banda se sumerge en un territorio decididamente psicodélico, apoyada por las deslumbrantes luces que centellean sobre el piano de Paul. Además, están las memorables baladas Here, There and Everywhere, Michelle, Hey Jude y, por supuesto, Yesterday. La última época del cuarteto está representada por el himno Let it Be.
Una parte particularmente tocante llega al final del concierto, cuando se muestra un montaje de 12 minutos que en la realidad –es decir, durante la gira– se proyectaba al comienzo del show. Es un segmento muy emocional, que celebra la vida de McCartney a la vez que ofrece un sentido tributo a Lennon, que ahora habría que extender a Linda y a George Harrison. Con la música de fondo de hits de Los Beatles y Wings, el video comienza con fotos y pequeños fragmentos de films de Los Beatles, así como escenas familiares de la vida de Paul y Linda extraídas de películas caseras. Luego se produce una transición hacia documentales de animales atrapados, cazados, asesinados y torturados, con imágenes que provocan repulsión e indignación, constituyéndose en un fuerte manifiesto en favor de los derechos de los animales y el vegetarianismo. También aparecen escenas de las acciones de Greenpeace contra la destrucción del medio ambiente (durante la gira, Paul promovía las actividades de las organizaciones Peta, Friends of the Earth y Greenpeace).
Para los fans argentinos de McCartney (y por supuesto, de Los Beatles), este DVD posee un valor extra como preciado souvenir, ya que la gira que documenta es la misma que lo trajo a Buenos Aires en diciembre de 1993 para una serie de inolvidables conciertos en el Estadio de River. Son imágenes que siguen latiendo con fuerza en el recuerdo de todos los que estuvieron allí, alimentando el mito de una banda cuya leyenda sólo parece agigantarse con el paso del tiempo.

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