ESPECTáCULOS
› ALFIE, CON JUDE LAW
La seducción de un Casanova con culpa
El galán inglés vuelve sobre un personaje que supo hacer famoso a Michael Caine.
› Por Martín Pérez
Antes del estreno de esta remake de Alfie con Jude Law en el papel que hizo famoso a Michael Caine, en la prensa británica se escribió que la flagrante misoginia del Alfie original bien podría haber funcionado como prólogo al movimiento de liberación femenina. Casi cuarenta años después, el personaje que ahora encarna Jude Law no es capaz de comenzar ninguna liberación. Es más: cabe sospechar que a este inglesito con acento cockney, pero trasladado a Manhattan por la lógica de las remakes, las tan ciudadanas, descocadas y libertinas chicas de Sex and the City poco menos que se lo comerían crudo. Después de todo, para ser una película sobre un casanova implacable, termina teniendo demasiados ojos llorosos, remordimientos e incluso ansias de redención.
Dirigida por el responsable de comedias familiares como la remake de El padre de la novia, este Alfie de Charles Shyer tiene a Law, al igual que el original de Caine, hablándole a la cámara durante todo su metraje. A diferencia de Caine, sin embargo, que debía ganarse la atención a fuerza de labia y crudeza, ya que era más recio que galán, Law no parece necesitar de demasiada filosofía para hacer de Casanova. Pichón antes que águila, su Alfie apenas si se atreve con un ménage-à-trois y una pitadita de un porro dentro del rubro de lo prohibido, y de sus lecciones de vida (masculina) dictadas a cámara apenas si se podrá extractar algo que no sea trivial o muy gastado. A pesar de que habla sin parar de comienzo a fin de la película, su monólogo se queda demasiado rápidamente sin combustible.
Justo es decirlo: si bien sus líneas no justifiquen tanto parloteo, lo cierto es que Law debe cargar sobre sus hombros el peso de la película. Y no lo hace tan mal. Ciertamente encantador, su presencia permite recordar algo de la irresistible atracción que despertaba en El talentoso Sr. Ripley. Aun cuando el robotizado gigoló que encarnó en Inteligencia Artificial termine pareciendo saber más de la vida (sexual) que este devaluado Alfie. A su alrededor orbitan varias bellezas estereotipadas del sexo opuesto, encarnadas por Marisa Tomei y Susan Sarandon, entre otras. Tal vez la mejor de esas historias sea justamente la que no parece necesitar Casanova alguno para existir (y hasta tener fecha de vencimiento), que es la que Law protagoniza con su novia en la vida real, la hermosísima Sienna Miller, que encarna a una princesa de la noche, una belleza capaz de detener el tránsito, pero cuya inestabilidad emocional hace imposible cualquier relación.
Finalmente tan moralista como el original, este Alfie del nuevo siglo parece decidido a evitar toda controversia desde un principio. Y también toda diversión. A la hora de hablar de mujeres y la forma de conquistarlas, cabe considerar que este Alfie necesite lecciones tanto del Rodger Dodger de Dylan Kidd, como de Joey, de Friends. E incluso –¿por qué no?– de las chicas de Sex and the City.