Tres canciones inéditas más un remix: eso es lo que contiene Camalotus, el EP que Luis Alberto Spinetta acaba de lanzar y que tendrá, en poco tiempo, una edición que incluirá un DVD con los videoclips de sus últimos trabajos. El disquito en cuestión es casi una extensión de Para los árboles, el álbum que el Flaco presentó el año pasado, porque la remezcla es del corte Agua de la miseria, y porque Buenos Aires, alma de piedra, Crisantemo y Nelly, no me mientas fueron registrados durante las mismas sesiones. Incluso estuvieron a punto de formar parte de aquel CD, pero Spinetta los excluyó porque sintió que serían una sobrecarga. “A los directivos de Universal se les ocurrió lanzar algo nuevo y les dije: ‘Casualmente tengo estos temas que no entraron y pueden andar fenómeno’”, explicó el músico en la conferencia de prensa con la que presentó Camalotus. “Esto es lindo porque me acerca a la gente antes de fin de año y porque son temas que no deben estar sólo dentro de mi estudio, tienen que llegar a la gente. Estoy contento porque es un proyecto alternativo al que presenté el año pasado y... la música fluye: lo más lindo es eso.”
El encuentro de Spinetta con la prensa fue en un local de Puerto Madero en el que primero el Flaco habló por radio con Mario Pergolini y tocó seis canciones, acompañado por Claudio Cardone en teclados: Sin abandono, Crisantemo (la única de Camalotus), Tonta luz, A su amor allí, la hermosa Pequeño ángel y la conmovedora Barro tal vez. Luego fue el cruce con los medios, que en esta oportunidad no tuvo palabras fuertes (recordar que el año pasado se pasó media conferencia castigando a un periodista). “Estos temas están levemente más personalizados que los que contiene Para los árboles, entonces me dan una proximidad más latente, la música se acerca un poquito más hacia mí. Me gusta ofrecerles esto, que es una miscelánea, pero contundente, no cualquier cosita”, aseguró el cantante.
Las canciones de Camalotus tendrán presentación en vivo: Spinetta las tocará el 17 y el 18 de diciembre en el teatro Coliseo, el mismo lugar donde, hace muchos años, estrenó Muchacha (ojos de papel). Pero la banda que lo acompaña ahora no es la misma que grabó el disquito, salvo por la presencia de Cardone: ya no están Javier Malosetti en bajo ni Daniel Wirtz en batería; Nerina Nicotra y Cristian Judurcha ocupan esas plazas. “Esta formación de cuarteto me da mucha riqueza, es una banda que tiende a volar y eso es muy saludable”, afirmó Spinetta. Con los tres músicos grabará un nuevo álbum, que planea editar el año próximo. “Por ahora estoy en la composición, justo en el momento previo de empezar a tocar los temas”, adelantó. “Ya tengo todas las músicas, pero tengo que escribir las letras. En general, el nuevo material suena totalmente diferente de lo que fue el último disco, las canciones arrancan de otro lado. Hace bastante que estamos trabajando en los temas, pero no los completo del todo hasta el momento de grabar, para no perderme la sorpresa.”
Entre los proyectos futuros de Spinetta se encuentra grabar un disco con Fito Páez, una suerte de demorada continuación del doble La La La (1986). “Lo difícil es saber cuándo vamos a hacerlo”, advirtió. “Fito está por sacar otro disco y creo que quiere filmar, yo estoy haciendo otro disco... Es una cuestión de combinar las agendas. Y Fito tiene bastante agendicitis: está todo ocupado, cartón lleno está el hombre. Dependemos de eso y de que crezca Margarita (la beba de Páez y de la actriz Romina Ricci), y que él retome sus cosas. Nos hemos encontrado varias veces, pero no nos hemos sentado a elaborar un compás del proyecto. Todo ha sido de palabra, sin música, y solamente tirando posibilidades. Ojalá se dé.”
Antes de irse, mientras estrechaba las manos a los seguidores que se habían enterado de su presencia en el lugar, Spinetta recordó su reciente experiencia en el festival colombiano Rock Al Parque, que calificó como “el show más exitoso” de su carrera: “Toqué ante 150 mil personas que me quisieron tanto y me ovacionaron de una manera tal que no me lo voy a olvidar en mi vida. Nunca había ido a tocar a Colombia y me enfrenté a una multitud ansiosa de ver al viejo Spinetta. Hacía treinta años que estaban esperándome y cuando empecé a cantar hubo una energía inolvidable. Todavía estoy lleno de ese amor, estremecido por esa multitud que amó mis canciones”. Y con voz impostada agregó: “No sólo Ricky Martin tiene este tipo de satisfacciones”.