Suelen ser temibles las películas en las que un anciano y un niño se hacen amigos, por su tendencia al reblandecimiento sensiblero y las “lecciones de vida”, estilo Karate Kid. Si bien esos tópicos no han sido del todo erradicados en este film francés, se los ha atenuado y desplazado, hasta el punto de no constituir el corazón de la película. Presentada en su momento en festivales internacionales, se elogió sobre todo la actuación del reaparecido Omar Sharif en el papel de tendero turco exilado en París. Pero su partenaire (un chico de unos 13 o 14 años) tiene tanto magnetismo que suele robarle cámara. Ubicada hacia fines de los años 50 y con una evocativa reconstrucción de época, El Sr. Ibrahim ... es una película discreta y sencilla, a la que no le falta sensibilidad ni capacidad de observación.