Vie 28.01.2005

ESPECTáCULOS  › NEW AMERICAN CINEMA GROUP

Fotogramas con el color de la sangre

A partir de hoy, la Sala Lugones exhibe un exhaustivo ciclo dedicado a los films de John Cassavetes, Andy Warhol, Jonas Mekas y algunos contemporáneos europeos.

“Un sentimiento común, una cólera común y una pareja impaciencia nos unen y a su vez nos ligan a los movimientos del Nuevo Cine del mundo entero. Nuestros colegas de Francia, Italia, Rusia, Polonia o Inglaterra pueden contar con nuestra revolución. Como ellos, estamos hartos de la Gran Mentira de la Vida y de las Artes. Como ellos, no estamos sólo por el Nuevo Cine: estamos también por el Nuevo Hombre. Como ellos, estamos por el arte, pero no a expensas de la vida. No queremos más films pulidos y falsos, los preferimos ásperos pero vivos; no queremos más films rosas, sino del color de la sangre.” Así concluía el manifiesto del New American Cinema Group, un conjunto de cineastas independientes neoyorquinos, capitaneados por Jonas Mekas, que a fines de 1960 le ponía palabras a su decisión de lanzarse a hacer un nuevo cine, en oposición al que producía la maquinaria industrial. Para revivir esos años de brasa, el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina han organizado un ciclo denominado Films del Color de la Sangre: el “New American Cinema Group” (y algunos de sus contemporáneos), que se llevará a cabo a partir de hoy y hasta el lunes 21 de febrero en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530).
Esta muestra estará integrada por los films esenciales –de John Cassavetes, Andy Warhol, Jonas Mekas, Stan Brakhage y Shirley Clarke, entre otros– que dan cuenta de ese movimiento contracultural, surgido en los antípodas de Hollywood. Y a partir de allí, también se aventura por algunos de los films más iracundos y radicales de la época, aquellos con los cuales se proponía dialogar el New American Cinema Group y que todavía hoy reflejan una década de profundos cambios en la estética cinematográfica, un momento particularmente audaz y creativo, con obras de ruptura, en las que el compromiso político se expresaba a través de la experimentación formal, la necesidad de construir una vanguardia y la búsqueda de nuevos modos de representación.
Muchos de estos films se exhiben en la Argentina por primera vez en décadas y nunca han sido difundidos por la TV cable ni el video. El ciclo se inicia mañana con El ángel exterminador (México/España, 1962). El surrealismo de Luis Buñuel siempre fue una influencia entre los cineastas del underground norteamericano y mientras en Nueva York se lanzaban a desafiar a Hollywood, en México Buñuel seguía intentando hacer “estallar al mundo” con este huis clos en el que un grupo de amigos de la alta burguesía no puede abandonar –sin motivo aparente– un salón donde se desarrolla una cena. El sábado se verá Propiedad privada (EE.UU., 1960), de Leslie Stevens. La violencia acecha en cada esquina de esta película subversiva, de un realismo duro desconocido hasta entonces en el cine estadounidense. El domingo 30 va La conexión (EE.UU., 1961), de Shirley Clarke. Un cineasta intenta filmar a un grupo de junkies mientras esperan que les llegue su proveedor de heroína. Basándose en una pieza teatral de Jack Gelber que estrenó en 1959 el Living Theater de Nueva York (creado por Judith Malina y Julien Beck), Shirley Clarke concretó uno de los films más recordados del New American Cinema Group, no sólo por la audacia de su tema (impensable por entonces en Hollywood) sino también por su forma, un juego de cajas chinas, con el cine dentro del cine. The Connection es también un film sobre el jazz, con memorables solos de saxo alto a cargo de Jackie McLean.
El lunes 31 se proyectará Castillo de arena (EE.UU., 1961), un film injustamente olvidado, casi inhallable, dirigido y producido de manera independiente en la Costa Este por Jerome Hill, un compañero de ruta de Jonas Mekas. Ese mismo día también se exhibirá David y Lisa (EE.UU., 1962), de Frank Perry. La ópera prima de quien luego sería director de El nadador (sobre el relato de John Cheever) fue filmada al calor de la época, de espaldas a Hollywood y preocupada por la juventud marginada, en este caso dos adolescentes recluidos en un hospital neuropsiquiátrico. El martes 1º va El soldado (Francia, 1960), de Jean-Luc Godard. “Se basa en una vieja idea: quería hablar del lavado de cerebro” (JLG). El miércoles 2 se verá El intruso (EE.UU., 1962), de Roger Corman, con William Shatner. Abandonando por primera vez a sus monstruos habituales, provenientes del espacio exterior o de las profundidades marinas, en The Intruder Corman decidió enfrentarse con monstruos más terrenales, como la John Birch Society, una agrupación sureña racista con vínculos con el Ku Klux Klan.
El jueves es el turno de El cuchillo bajo el agua (Polonia, 1962), de Roman Polanski, y el viernes 4 de Aleluya, las colinas ( EE.UU., 1963), de Adolfas Mekas, y el corto Cosmic Ray (1964), de Bruce Conner. El sábado 5, Los carabineros (Francia, 1963), de Jean-Luc Godard, y el domingo 6 El calabozo (EE.UU., 1964), de Jonas Mekas. A partir de la obra teatral de Kenneth Brown, Jonas Mekas se rebela contra la humillación y el terror de los regímenes carcelarios. La película, ganadora de uno de los premios mayores del Festival de Venecia 1964, debió rodarse en una sola noche, de manera clandestina, porque la sede del Living Theater había sido clausurada judicialmente a causa de la obra.
El sábado 12 y domingo 13, un plato fuerte: The Chelsea Girls (1966), de Andy Warhol, con Brigid Berlin, Nico, Gerard Malanga, Marie Menken, Mario Montez y Ondine. A casi cuarenta años de su estreno, The Chelsea Girls –lo más cerca que alguna vez estuvo Warhol del cine narrativo– puede ser vista hoy como un documento antropológico sobre la legendaria escena underground neoyorquina de la época. Impulsado por Jonas Mekas, Warhol se sumergió en el hotel de la bohemia de Manhattan y registró doce historias o, más precisamente, “momentos”, como si espiara por el ojo de la cerradura, llevando hasta sus límites la concepción del cine como acto voyeurista. El viernes 18 va Sombras (EE.UU., 1959), de John Cassavetes, el film fundacional del New American Cinema Group, y el sábado 19 y domingo 20 Faces (EE.UU., 1968), otro título crucial de Cassavetes. Finalmente, el lunes 21 el ciclo concluye con un programa dedicado al legendario Stan Brakhage, de quien se verán sus cortos más influyentes, entre ellos The Wonder Ring (1955), Window Water Baby Moving (1959) y Dog Star Man (1962). Más información en www.teatro sanmartin.com.ar

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