Dom 30.01.2005

ESPECTáCULOS  › CINE - ENTREVISTA A JAMIE FOXX, CANDIDATO AL OSCAR

“El espíritu de Ray está en cada escena de la película”

El actor Jamie Foxx está candidateado por su protagónico en Ray y también como actor secundario en Collateral.

Por Andrea Aguilar *

Favorito en las apuestas de la carrera de los Oscar, con dos candidaturas, como protagonista y actor secundario, en Ray y Collateral, respectivamente, Jamie Foxx (Texas, 1967) no apuntaba a la actuación: su vocación inicial era la música. Estudió piano en la escuela Julliard y una novia lo persuadió para lanzarse a la actuación. Algo de todo esto resuena en su interpretación del genial músico y consumado mujeriego Ray Charles (Georgia, 1930-Los Angeles, 2004) en la película Ray, que le ha valido al actor una decena de galardones, entre ellos el Premio Nacional de la Crítica de EE.UU. y un Globo de Oro. “Si sabés tocar el blues podés hacerlo todo. Foxx modula la voz cuando recuerda las palabras que le dirigió el rey del soul en su primer encuentro, en el que no faltaron un par de pianos de por medio. Por un momento, parece que Ray Charles resucitado hablara al otro lado del teléfono, y no este treintañero que responde a una entrevista telefónica desde el set de rodaje de su nueva película, días antes de hacerse públicas las candidaturas de los Oscar. “Fue increíble”, asegura. “Nos sentamos y empezamos a tocar un blues una y otra vez. De pronto pasó a Thelonius Monk y me equivoqué en una nota. Me dijo: ‘¿Por qué demonios hiciste eso?’ Dije que no lo sabía. Me contestó que las notas estaban escritas bajo los dedos y que sólo había que tomarse tiempo para tocar la música apropiada. Es una buena metáfora de la vida.”
El director Taylor Hackford tardó quince años en sacar adelante este proyecto, que contó con la ayuda del propio Charles, fallecido el pasado junio cuando Ray ya estaba acabada: “Su muerte bendijo la película; ahora, cuando la vemos, su espíritu está en la pantalla y la gente lo siente”. Desde su primer viaje a Seattle a los 17 años para abrirse camino como pianista y crooner, hasta su éxito como artista consagrado en los ’70, la película recorre la vida del músico, que quedó ciego a los siete años; su larga adicción a la heroína; su lucha por los derechos civiles; sus amoríos y su continúa transgresión de géneros musicales desde el country al soul, pasando por el gospel o el rock. El actor no vivió la polémica que suscitó el Huracán Ray en un principio: “Era chico cuando escuché su música, pero entonces ya era aceptada y reconocida por todos. Con la película descubrí la controversia que despertó por la mezcla de gospel y R&B. Para los negros, eso era todo lo que teníamos, crecimos bajo la opresión, fuimos esclavizados y segregados, y Dios era lo único a lo que podíamos agarrarnos. Dar un paso más allá y que un hombre cambiara esas palabras para hablar de clubes y chicas hizo que muchos se rasgaran las vestiduras. Pero fue una victoria para Ray Charles; derribó las barreras y las ataduras. Dijo: ‘Dios me ha dado ese talento para conocerme y para hablar de mis mujeres, de mi vida, de mis demonios y de cómo les hago frente’”. La lucha de su personaje por los derechos civiles conmueve a Foxx, también icono de la comunidad negra: “El no cogió su dinero y se ocultó detrás de una valla sin preocuparse por su gente y su causa. Optó por usar su popularidad de una buena manera. Lo mismo ocurre hoy cuando querés hablar en contra de la guerra, contra cosas que sabes que están mal. Tenés que hacerlo”.
Para Foxx, la popularidad debe tener un fin. Y aclara cuál es el suyo: “Lo que me gustaría hacer con la fama es luchar por mi gente. Los hermanos negros estamos expuestos a tantas cosas malas que rara vez tenemos la oportunidad de ver historias como la de Ray Charles, que te vuelven positivo. Inspirará a mucha gente, pero serán los jóvenes afroamericanos quienes pensarán: ‘Tengo la oportunidad de ser un gran actor’, como cuando yo vi a Denzel Washington recoger su Oscar”.
Durante el rodaje, Foxx pasó entre 12 y 14 horas diarias de absoluta ceguera, con falsos párpados de plástico que cubrían sus ojos. “Se trataba de ser él”, explica. “Y la manera de hacerlo era volverme ciego. Entonces entendés verdaderamente su mundo; entendés que si no podés ver una puesta de sol, pero querés escribir una canción sobre ello, tenés que inspirarte de alguna manera. Todas las cosas que hizo en su vida fueron para obtener esa información.” El actor dice que la experiencia de hacer Ray agudizó su sentido del tacto, del olfato y del oído: “Ahora entiendo mejor lo que es la ceguera. Cuando ves la vida de Ray te das cuenta de que para todo tuvo que fiarse de la palabra de otros”. Antes de quedarse temporalmente ciego, Foxx grabó en video al músico. “Actuando o en una entrevista ves al Ray Charles que está frente a la cámara, pero el verdadero es el tipo que está en su casa sentado en una banqueta hablando con sus hijos, en su vida normal”, afirma. “Conocés de sobra su ‘Oh God’, pero son sus momentos de silencio, de tranquilidad del domingo, a lo que tenés que llegar”. Inmerso en Jarhead, la nueva película de Sam Mendes –“una historia que será polémica, que también habla de ceguera, de lo que no quieren enseñarte, del envío de tropas a guerras, que en realidad pretenden vigilar pozos de petróleo”–, Foxx todavía encuentra tiempo para sentarse al piano. “La música es una fuerza conductora”, confiesa. “Anoche estuve tocando una versión hip hop de I’ve gota woman”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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