ESPECTáCULOS
PRIMERA PERSONA
Las Troyanas, con dirección de Rubén Szuchmacher, es un espectáculo digno de verse. No sólo por la fuerza e intensidad de las interpretaciones (especialmente destacable es el sublime trabajo de Elena Tasisto), sino porque permite al espectador elaborar reflexiones en torno a un implícito paralelismo entre las ambiciones de dominio en la antigua Grecia y en nuestra actualidad. Es también interesante el permanente contrapunto que la obra plantea entre los deseos e intereses individuales y aquellos más altruistas y de carácter social.