ESPECTáCULOS
› ENTREVISTA AL DIRECTOR ALEJANDRO FIGUEROA
“El pensamiento de Sendic es válido hasta el día de hoy”
El cineasta habla de su film Raúl Sendic - Tupamaro, que hace un recorrido por la vida y la militancia del dirigente uruguayo.
Con el documental Raúl Sendic - Tupamaro, el director uruguayo Alejandro Figueroa rescata la figura del guerrillero también uruguayo, visto por muchos como un “Artigas contemporáneo”. En su evocación suma los relatos de su esposa, Xenia Itté, de sus cuatro hijos y de compañeros de militancia, Washington Rodríguez Belletti, José Mujica, el escritor Mauricio Rosencof, entre otros. El film, en cartel en el cine Cosmos, hace un recorrido por la vida de Sendic (1925-1989), un hombre de acción, a quien sólo le faltaba una materia para recibirse de abogado; lo muestra trabajando con los cañeros de Bella Unión y en la creación en 1961 del sindicato de la UTAA (Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas); el pase a la clandestinidad tras el robo de armas en el Club de Tiro Suizo (1963); la detención en 1970 y la fuga en 1971 con 100 compañeros de la cárcel de Punta Carretas. Figueroa también detalla el retorno de Sendic a la lucha hasta que es herido por las fuerzas represivas y detenido en 1972, la liberación en 1985 y la muerte en París afectado por el mal de Charcot. Figueroa nació en Uruguay en 1950 y a los 17 años se incorporó al MNL. En 1973 se exilió en París, donde estudió cine y trabajó para la TV francesa y desde 1995 reside en Uruguay. En una charla telefónica con Página/12, el director uruguayo compartió su visión del film.
–Usted relata que el MLN-Tupamaros estaba conformado en los años ’70 por tres mil integrantes y contaba con una adhesión importante en la población.
–La organización en su conjunto estaba formada por esa cifra, pero el área de influencia era de 30 mil personas sobre un total de 2.700.000 habitantes. Con sus acciones, los Tupamaros se acercaban al pueblo, expropiaban alimentos de los grandes supermercados y los repartían gratuitamente en las villas. Eran los Robin Hood de América latina. Contrarios a los atentados, realizaban denuncias sobre estafas y hechos de corrupción. Sendic pasó a la clandestinidad después del ataque al Club de Tiro Suizo. El Partido Socialista le propuso ocupar el primer lugar en la lista de diputados para así obtener la inmunidad parlamentaria que le permitiera volver a la legalidad, pero él no aceptó.
–Sendic era un estudioso y crítico del marxismo.
–Era marxista, un ideólogo nacionalista en búsqueda de las nuevas corrientes que surgían en la izquierda. Admirador de Rosa Luxemburgo, se nutrió de esa ideología y tomó lo mejor de ella. En los años ’70 dijo: “Los países del Este se van la mierda”. Sus análisis políticos tenían visión de futuro y le valieron la marginación. El Che sostuvo en los años ’60 que, como en Uruguay no hay montañas, la guerrilla no se podía desarrollar. Los Tupamaros inventaron la guerrilla urbana sin apoyo de los cubanos.
–¿Cuál fue el aporte de Sendic a la izquierda uruguaya?
–Recorrió a partir de 1955 el departamento Treinta y Tres, la zona de las arroceras y colaboró en la organización de los peones rurales. En esos años no había rutas y andaba a caballo. Sendic es un apellido vasco que significa hombre del sindicato. A Raúl se lo conoce como tupamaro, pero primero desarrolló una labor importante como sindicalista. El pensamiento de Sendic es válido hasta hoy, pues sostenía que los pueblos no deben pagar la deuda externa porque ya la pagaron cien veces. Raúl propiciaba la unión de las fuerzas de izquierda con otras fuerzas políticas y sociales para no quedar reducido a una elite de intelectuales. Esta labor la está desarrollando Pepe Mujica. Sendic impulsaba la creación de un frente grande y hoy en Uruguay el Frente Amplio es una realidad.