El músico Manu Chao dijo ayer en Moscú que las mentes abiertas del mundo deben ponerse a pensar seriamente en “la peligrosa tendencia del avance del fascismo” en varios países de Europa, entre ellos Francia, Austria, Holanda y Alemania. “El fascismo avanza porque en gran parte de Europa cada vez hay menos trabajo y cada día menos gente cree en la política profesional”, planteó. “Por éstos, y otros elementos, podría decirse que es el mejor momento para los populistas y los ultraderechistas, porque hay mucho desencanto con las formas más tradicionales de la política”, agregó Chao, que se ha convertido en el referente artístico más importantes de los grupos mundiales antiglobalización. El músico francés, que cree que el ascenso electoral del xenófobo Le Pen en su país es parte de un fenómeno más amplio, está cumpliendo una gira por Rusia, que incluyó conciertos en Moscú y en la antigua capital imperial, San Petersburgo. “La verdadera Francia es la que expresa su seleccionado de fútbol: multiétnica y multicultural”, remarcó el autor del hit “Clandestino”. “Tenemos que estrechar filas para detener el avance del fascismo”, remarcó.
Chao –nacido en París, de padre gallego y madre vasca– señaló que si el mundo continúa “siendo dirigido por personas orientadas a las finanzas”, llegará a la “autodestrucción”. El artista agregó que, luego de los economistas que sirven a los intereses de los banqueros, “el mayor mal que existe en el mundo contemporáneo son las mafias” que “ganan dinero con las drogas”. En ese orden, reiteró que está a favor de la legalización de todas las sustancias que usualmente se denominan drogas. “Es extraño que las drogas fuertes estén prohibidas, pero que en gran parte del primer mundo se vendan al lado de cada colegio”, señaló. Una vez más el cantante, que tiene una casa en Barcelona pero afirma que vive viajando, desmintió que puede ser considerado uno de los líderes de la antiglobalización, como consideran sus fans. “Sólo formo parte de este movimiento”, dijo con modestia el ex líder del combativo grupo francés Mano Negra.
Los conciertos de Chao fueron calificados por la prensa rusa como una “verdadera fiesta”. Fue “la mejor actuación de un músico extranjero en los últimos diez años”, aseguró el diario Kommersant. Unos 4 mil espectadores llenaron la sala de conciertos Gorbushka, el escenario de rock más prestigioso de la capital rusa, pero fueron muchos más los que no pudieron entrar por falta de espacio. La actuación de Manu Chao y su grupo Radio Bemba duró dos horas y media, y provocó la exaltación de los moscovitas, que prendieron encendedores, cantaron con el artista las letras de las canciones de sus discos Clandestino y Próxima Estación: Esperanza. “El público disfrutó tanto que, si Manu lo hubiera querido, juntos habrían podido tomar el Kremlin”, aseguró Kommersant.
El músico reaccionó a tan cálida recepción declarando que está “feliz” con el éxito y prometió volver a Rusia para cantar ante un público mucho más numeroso. “Podemos ser un grupo muy caro, pero también muy barato”, señaló Chao, dando a entender que está siempre dispuesto a dar conciertos adicionales gratuitos después de las actuaciones pagas. Preguntado sobre el secreto del creciente éxito de su música, dijo que a la hora de componer nuevas canciones se deja llevar “por lo inesperado” y después perfecciona el material como un “artesano”, es decir, profesionalmente. “En Europa suelen concebir las cosas inesperadas como algo negativo; para mí, que tengo el alma latinoamericana, es al contrario, siempre tienen un significado positivo”, señaló. Tras las actuaciones en Moscú y San Petersburgo, el músico proseguirá su gira en Letonia, Polonia, Hungría, Eslovenia, Yugoslavia, Macedonia, Grecia y Turquía.