El Congreso de Chile puso fin a la censura previa a las películas, de modo que el Consejo de Calificación Cinematográfica (CCC) no podrá prohibir que se vea un film, excepto que haya imágenes de pedofilia o snuff (filmación de asesinatos y torturas reales). De esta forma, se abrió la puerta para que películas pornográficas puedan ser vistas por mayores de 18 años, en televisión por cable o en salas triple X. El funcionamiento de estas últimas estará dado por la decisión que adopten los concejos de cada municipio. El CCC, cuestionado por ser un órgano que deriva de la Constitución de 1980 (promulgada por el régimen de Augusto Pinochet), mantendrá su tarea de determinar si las películas serán para “todo espectador”, “mayores de 14 años” o “mayores de 18 años”. Dentro de las reformas aprobadas, se eliminó la posibilidad de que las personas acudan a los juzgados del crimen para que se censure o se retire de circulación una película por estimar que “atenta contra la moral y las buenas costumbres”. En base a las funciones del CCC, se impidió en Chile la exhibición de películas como La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, o Pepi, Lucy y Bom, de Pedro Almodóvar.