Los tres amigos trabajan en el mismo diario y son veteranos en el universo de los treintañeros. Pero Micky, Jake y Doug tienen concepciones diferentes de cómo debe funcionar el matrimonio en el siglo XXI. Mientras Jake adhiere a la premisa de que ambos componentes deben tener amplia libertad sexual extramarital, Doug está convencido de que la fidelidad y la honestidad son las bases sobre las que se construye un buen vínculo. En medio de esas posturas se encuentra el pobre de Micky, en cuyo cerebro la responsabilidad y la tentación, el deber asumido en el matrimonio y el deseo sexual viven en una pugna permanente. Esta es la descripción básica del heterogéneo triángulo de amigos que protagoniza “The mind of the married man” (“La mente de un hombre casado”), la nueva serie que la señal premium HBO estrenará mañana a las 22.45, una especie de vuelta de tuerca masculina a los tópicos de “Sex and the city”, la muy exitosa serie encabezada por Sarah Jessica Parker.
Intentando compensar la finalización de la exitosa primera temporada de “Six feet under” –que logró 23 nominaciones para los premios Emmy–, HBO pone al aire esta comedia producida, creada y protagonizada por Mike Binder (que ya realizó para el canal “The Detroit Comedy Jam” y “The fourth annual young comedians show”). La serie de diez episodios se propone exhibir los problemas y desafíos que se les presentan a los matrimonios en esta era, a través de una mirada netamente masculina. Una visión en la que el sexo, la (in) fidelidad, el adulterio y la importancia del acto sexual para la vida de pareja son moneda corriente.
La idea central de los guionistas es mostrar las diferentes formas de entender el asunto por parte de miembros de una misma especie. Si bien la temática es similar a la de “Sex and the city”, la diferencia radica en la manera en que se abordan los conflictos. Mientras que “Sex...” utiliza un lenguaje directo para dejar en claro que las mujeres también hablan de “eso”, “La mente....” prefiere problematizar sobre los desafíos que afronta el hombre casado en el siglo XXI, sin que la masculinidad de sus protagonistas represente una vía libre para la chabacanería.
El episodio inicial de mañana por la noche actúa como introducción, ya que presenta el hilo temático y se delinean las personalidades de los protagonistas. El capítulo se abre con la preocupación que siente Micky al enterarse de que su mujer le encontró en su computadora unos archivos pornográficos con los que suele masturbarse. A partir de esta certeza, Micky comienza a deliberar sobre cómo debe actuar frente a su mujer. Finalmente decide contarle la verdad, aunque su esposa hace como si no le importase. “Es tu pene. Es tu decisión”, le dice en tono indiferente.
Al día siguiente, camino al trabajo, Micky les pide a sus amigos algún consejo. “Debiste traicionarla. Igual te va a castigar”, le reprocha Jake, quien no deja pasar oportunidad para un revolcón. “Conversá con ella sobre lo que te hace buscar pornografía. Les va a servir. Hay algo en la pareja que no han manejado”, le sugiere el monógamo de Doug. Ese es el problema que debe resolver Micky: pese a que cree en el vínculo a largo plazo, nunca sabe de qué lado situarse, qué posición tomar para superar su dificultad matrimonial.
“Tengo la cabeza llena de cosas muy extrañas”, le cuenta Micky a su asistente en el momento mismo en que la vuelve a contratar, ya que la había despedido por miedo a caer en la tentación de su sensualidad. Porque es justamente su conciencia, producto de su educación, el motivo de su inhibición, que a su vez lo transforma en rehén de sus impulsos. Es esa conciencia acartonada la que subyace a todos sus problemas, la barrera que debe derribar. No por casualidad la frase de cabecera de Micky es “... en teoría”.