El jazz puede entenderse como un género musical o como un modo de entender la música. Una síntesis posible de estas dos miradas podría encontrarse al principio y al final de ambas: el jazz entendido desde el concepto de improvisación, de libertad creativa, de apertura hacia terrenos artísticos afines (o no tan afines, al menos a priori). Buenos Aires ha sabido dejar constancia de estos diálogos entre distintos lenguajes musicales, de los que el jazz ofició como una suerte de catalizador. El tango, el rock y el folklore pasaron en su momento, salvando obstáculos prejuiciosos, por el tamiz de sus búsquedas. Hacia allí apunta el ciclo “Buenos Aires Jazz y otras músicas”, que empezará hoy y se desarrollará hasta el 31 de agosto próximo. Organizado por la MBA, de la Dirección de Música de Buenos Aires, el encuentro se llevará a cabo en los centros culturales oficiales de la ciudad (el teatro Colón, C. C. San Martín, Recoleta y Agronomía, entre otros) y en los reductos habituales del género (Notorious, Thelonious y Casual Bar), esos que suelen trajinar los músicos under ante un puñado de fieles. Serán en total 85 conciertos.
Luis Alberto Spinetta, Dino Saluzzi, Luis Salinas, Manolo Juárez, por citar solo cuatro artistas que participarán del ciclo, son músicos que exceden cualquier categorización. En diferentes momentos de sus carreras mostraron mayor o menor afinidad hacia el jazz entendido en términos genéricos, pero las respectivas obras, en un sentido integral, lo contemplan como un background que no necesita certificarse a través de guiños explícitos. Tanto es así que, llevada la cuestión al ghetto, cuesta encontrar la “pureza” en el jazz argentino de los últimos años. Una nueva camada de músicos, integrada por Ernesto Jodos, Luis Nacht, Ricardo Cavalli, entre otros, se ha escapado de las convenciones del género, hasta el punto de haberle dado un sello distintivo.
Estos cruces permanentes en el aspecto estilístico también se proyectan en diálogos entre distintas generaciones. Referentes del jazz de los años 60 con músicos provenientes de la denominada “proyección folklórica” o embarcados en alguna corriente de world music o en la música contemporánea. En este ciclo habrá encuentros excepcionales: por primera vez, por ejemplo, actuarán juntos Saluzzi y Salinas. Será en el teatro Colón, el lunes 19. Un día después, en el teatro Alvear, habrá promesa de jerarquía y riesgo artístico. Manolo Juárez, Gerardo Gandini y Lito Vitale serán los protagonistas. También en el Colón, Spinetta, el Mono Fontana y Claudio Cardone cerrarán el ciclo con un show en el que se interpretarán canciones nunca antes tocadas en vivo. Será, se anuncia, un “recital de cámara”, en un formato y en un ámbito inéditos para los conocedores de la música del Flaco. El ciclo reserva, además, otros lujos. Por ejemplo, ver al excepcional pianista Adrián Iaies en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura, al notable Santiago Vázquez con su Puente Celeste y su particular mirada de las músicas del mundo, o al Terceto. No faltarán los clásicos jazzeros, como Fats Fernández (un referente ineludible). Cuando termine el encuentro, habrán pasado por los escenarios del Buenos Aires Jazz alrededor de 200 músicos y un número no mucho menor de estilos y tendencias.
Más allá de los conciertos (que, según los casos, serán con entrada gratuita o precios desde $ 2), el encuentro contempla la presentación de un Jazz CD Outlet, que funcionará en el hall de la sala A-B del Centro Cultural San Martín, durante toda esta semana. El lugar está destinado a que los músicos y los sellos independientes muestren sus producciones. Además, los melómanos (tribu que abunda entre los amantes del jazz y sus vecindades artísticas) podrán conseguir allí rarezas y material discográfico fuera de catálogo.