Iannis Xenakis, como otros autores fundamentales de la segunda mitad del siglo XX, encarna una aparente contradicción. Para el sentido común resulta difícil imaginarse que obras de gran poder expresivo obedezcan, al mismo tiempo, al más riguroso cálculo matemático. La dicotomía, en realidad, no es tal. Todo sistema (los modos del canto gregoriano, la tonalidad funcional) es arbitrario. Y lo que hace que las obras funcionen, ya se sabe, no son los sistemas sino el uso particular que los artistas hacen de ellos. Y una de las obras ejemplares es Persephassa, para seis percusionistas. Esta composición notable, en una versión coreográfica de Alejandro Cervera y con la interpretación en vivo del grupo Paralelo 33º, subió a escena ayer a la noche en el Centro de Experimentación del Teatro Colón y tendrá nuevas funciones hoy, mañana, el viernes 16 y el domingo 18 (a las 20.30 salvo las de los domingos, que serán a las 17)
El espectáculo, bautizado Xenakis-Perséfone, recrea el mito de Perséfone interpretado por Paula Rodríguez, Miguel Angel Elías, Marina Giancaspro y Leonardo Haedo, Martín Segura, Adrián Herrero, Cristian Setién y Lucio Rodríguez Vidal.
Paralelo 33º, integrado por Martín Diez, Marcos Cabezaz, Fabián Keoroglanian y Pablo La Porta, también interpreta Okho, compuesta por Xenakis en 1990. La escenografía es de Omar Duca, el vestuario de Mini Zuccheri y la iluminación de Gonzalo Córdova. Cervera ya había trabajado con percusionistas en escena en una recordada obra suya, Dirección Obligatoria, presentada por el ballet de danza contemporánea del Teatro San Martín. Profesor de música en el taller de danza de ese teatro, este coreógrafo se caracteriza, precisamente, por el rigor musical de sus puestas.