ESPECTáCULOS
› EL INSTITUTO DE CINE RECUPERO AYER SU AUTARQUIA
Por fin, una buena noticia
El Gobierno devolvió al organismo un status proveniente de la Ley del Cine, aprobada en 1994, que había sido neutralizado en 1996, por una decisión del binomio político Domingo Cavallo-Carlos Menem.
› Por Oscar Ranzani
La comunidad cinematográfica de la Argentina recibió ayer la noticia del año. Un decreto de necesidad y urgencia 1536/02 firmado por el presidente Eduardo Duhalde –y publicado ayer en el Boletín Oficial– devolvió al Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) la autarquía neutralizada en 1996 por la Ley de Emergencia Económica impulsada por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, por entonces hombre fuerte del gobierno de Carlos Menem. A partir de hoy, el organismo. que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, podrá volver a administrar sus propios recursos tal como lo dictamina la ley 17.741 promulgada en 1994. Esa ley dio origen al Fondo de Fomento Cinematográfico, base material sobre la que se edificó un fenómeno notable de recuperación, en cantidad y calidad de films, del cine argentino. Al poder manejar otra vez su propia economía, el INCAA podrá mejorar la promoción y el fomento de la actividad cinematográfica y aumentar la disponibilidad para obtener créditos y subsidios para la producción de películas argentinas.
La Ley de Fomento Cinematográfico permitió al INCAA disponer de sus propios fondos a través de un porcentaje de las ganancias de boleterías, un impuesto al video y parte de la recaudación del Comité Federal de Radio Difusión (Comfer). Pero se vio afectada con la decisión de Cavallo cuando el presupuesto del Instituto pasó a ser administrado por el Ministerio de Economía con el inevitable perjuicio de que la suma de dinero que se giraba al Instituto siempre fue menor que la recaudación efectiva. “Esto significaba que todos los ingresos sean cuales fuesen iban a parar a una única cuenta del Estado que manejaba ese ministerio y de allí, a través de las distintas secretarías, se hacía la distribución. O sea que anulaba lo que la ley preveía como ingresos genuinos. Y sucedía porque esa ley tenía supremacía sobre la otra”, señaló ayer el secretario de Cultura de la Nación, Rubén Stella. El funcionario resaltó también que la autarquía no impide el funcionamiento de los órganos de contralor. “Van a existir controles de la administración del INCAA a través del Poder Ejecutivo y la Auditoría General de la Nación”, remarcó. En ese sentido, el artículo 4 del decreto establece que “los gastos corrientes y gastos de capital a devengar por parte del INCAA no podrán exceder el producido de los recursos propios afectados al mismo”.
“Es esencial para la supervivencia de la cinematografía argentina”, resaltó por su parte Jorge Coscia, titular del INCAA. “Esto es un hito, no sólo en el cine sino también en la concepción de la política pública en la Argentina. Y marca, de algún modo que, frente a quienes sostuvieron desde un fundamentalismo de mercado esa idea de un dios llamado mercado y de un Estado en el que las leyes mágicas de la economía se gobiernan a sí mismas, hay una concepción distinta que entiende el fomento como una política de Estado. Entender que un país tenga cine es tan importante como tener insulina y los países que abandonas sus políticas culturales ha quedado demostrado que, a la larga, dejan de brindar insulina”, agregó al ser entrevistado por Página/12.
Teniendo en cuenta que el reclamo por la recuperación de la autarquía no era solamente un anhelo de los funcionarios vinculados al cine sino también de la comunidad cinematográfica en general, un conjunto de sus personalidades festejaron la novedad. “Me parece excelente que tengamos finalmente la resolución que otorga la autarquía al INCAA porque es una de las más viejas y fundamentales reivindicaciones que todos los hombres vinculados al cine nacional veníamos reclamando”, afirmó Pino Solanas. Pero el director de La hora de los hornos también advirtió que “es necesario que la Ley de Cine se cumpla y que, junto a esta autarquía se mantengan vigentes los mismos porcentajes de recaudación”.
En tanto, Lita Stantic (directora de Un muro de silencio y productora clave del llamado nuevo cine argentino) opinó que “se trata de un logro muy grande pero también es un gran compromiso. En este momento lo quetiene que determinar la gestión al frente del INCAA es a qué tipo de cine va a apoyar y qué capacidad tiene para hacerlo”. Stantic se sintió conforme con la decisión pero también se maneja con cautela. “Es fantástico que exista la autarquía pero tiene que haber un compromiso y una administración muy consciente de cuántas películas puede apoyar el Instituto. La autarquía es fundamental para saber con qué se cuenta y de qué manera hay que distribuir entre distintos tipos de películas”, subrayó.