ESPECTáCULOS
Alguna vez, el hip hop fue sólo una cosa de negros
El canal I-Sat estrena esta noche Beat This!, un documental rodado en 1984, en el South Bronx, sobre el género que empezaba a cambiar la industria musical.
› Por Pablo Plotkin
Beat This! A Hip Hop History no es un documental del todo riguroso en términos históricos. No hay una intención de narrar los orígenes del género de un modo exhaustivo. Se trata, probablemente, de uno de los primeros registros fílmicos de un movimiento cultural al que le esperaba un crecimiento abrasador. Fue rodado en 1984, cuando el hip hop todavía era cosa exclusiva de negros, un arte callejero que ocurría en las esquinas de un barrio violento (el South Bronx, “un pequeño Vietnam”) y que la industria blanca apenas atisbaba desde los últimos pisos de los rascacielos de Manhattan. Nadie podía suponer que se convertiría en el género más influyente de la música pop de este tiempo.
Lo que sucede con esta clase de documentales es que, en el tiempo en que fueron producidos, no existía la posibilidad de que llegaran demasiado lejos. Beat This! se verá por primera vez en la Argentina (hoy a la noche, a las 0.35, por I-Sat) 18 años después de su origen. Bondades de la televisión por cable al margen, el valor de la antigüedad estriba en cierta inocencia que el hip hop fue perdiendo con el correr de los años y los dólares. El narrador es el disc jockey negro Gary Bird, que transmite desde un estudio de radio del Bronx y cuenta toda la historia en rima. Hecho por gente del “gueto” (así llaman los negros norteamericanos a sus barrios), el documental tiene el espíritu callejero y lúdico de esa primera época, e incluso la realización está marcada por los cuatro elementos fundacionales del hip hop: el baile, el scratching (la mezcla de vinilos, una práctica que le dio entidad artística al oficio de DJ), el graffiti y la rima. Todo sucede en la calle, entre persecuciones policiales y tiroteos entre pandillas.
Dirigido por Dick Fontaine, Beat This! reúne a algunas de las personalidades más eminentes de los comienzos, como el jamaiquino Cool DJ Herc (considerado el “inventor” del hip hop) y Afrika Bambaataa, un integrante de la patota cultural Zulu Nation que, luego de un viaje revelador a Africa, delineó algunos de los conceptos fundamentales del género. Cool Herc, en tanto, recuerda los días en que todo estaba por surgir, conduciendo un descapotable por las tórridas calles del Bronx, llenas de basura desparramada y condominios derruidos. También hay una aparición estelar (e inesperada, por blanco y por inglés) de Malcolm McLaren, manager e ideólogo de los Sex Pistols. Entre todo eso, imposible de soslayar, el racismo como fuerza negativa omnisciente, transformado -por oposición– en energía creativa. Mientras tanto, el testimonio de los ángeles guardianes del gueto llega por televisión: Malcolm X, Nelson Mandela, H. Rap Brown y la bocota de Mohamed Ali, al que se define como “el primer rapper”. El insuperable.