ESPECTáCULOS
› THE HISTORY CHANNEL EMITE HOY UN DOCUMENTAL SOBRE MALVINAS
Una guerra en la que pierden todos
“Malvinas/Falklands: Recuerdos de guerra” recaba declaraciones de ambos bandos, intentando una perspectiva histórica del conflicto iniciado en el siglo XVIII y que alcanzó su punto más doloroso en 1982. “Las dos partes hablan de falencias, nadie dice que pelear fue bárbaro”, dice Daniel Laje, su director.
› Por Patricia Chaina
A veinte años de la guerra de Malvinas y mientras los ex combatientes argentinos siguen reclamando el reconocimiento negado tras un regreso sin gloria desde las islas, el canal The History Channel encomendó a su producción en el país –TV Quality– la realización de un documental dedicado a evocar esa guerra a través del relato de sus protagonistas. Bajo esa consigna, Daniel Laje dirigió “Malvinas/Falklands: Recuerdos de guerra”, el especial que esa señal de cable estrenará hoy a las 20 y que cumple con la premisa de bocetar cronológicamente el conflicto apelando a lo emotivo, sin perder agilidad visual. Algo difícil tratándose de una guerra de la que no se preservó la totalidad de los registros audiovisuales: no hay –ni en el programa ni en los archivos públicos– imágenes de soldados muertos, maltratados, hambrientos o malheridos, y eso fue lo que más hubo en Malvinas.
A pesar de semejante limitación, el programa logra una fluida composición a través de un relato en el que conviven testimonios tomados en la actualidad –un capitán (R), un capellán, ex combatientes de ambos países, isleños, historiadores, el general Martín Balza, Oscar Camillón, entre otros– con narraciones en off, ilustradas a través de reconstrucciones de las primeras líneas de la infantería, o con imágenes ya vistas de las islas, pero revitalizadas a partir del contexto: ya no es el noticiero de la época, ni un documental para su difusión en la Argentina. Este programa plantea la perspectiva histórica sobre el comienzo del conflicto –que data del siglo XVIII– para hacer pie en la certeza de que, como explica Laje, “aun cuando la guerra fue mal planificada y era una locura pensar que se iba a ganar en esas condiciones, el reclamo sigue siendo válido”.
“Eso un inglés no lo hubiera puesto y tampoco un norteamericano”, sugiere el director. “Pero para nosotros y por la proyección internacional del canal, poder contarle al mundo que esto tiene una historia atrás que a lo mejor nunca se la contaron, nos satisface, y creemos que es una de las diferencias centrales respecto de otros trabajos.” Luego de tomar posición y de plantear, para la comprensión del televidente internacional, cuestiones referenciales como la naturaleza del gobierno de facto de Leopoldo Galtieri o el funcionamiento interno del gobierno de Margaret Thatcher, enfrentada a los sindicatos de su país, el documental cuenta algunas experiencias de guerra, vividas a ambos lados de la línea de batalla.
“Si se habla de lados habría que hablar de tres lados, porque los isleños se posicionan como un bando aparte”, advierte Jorge Luis Sucksdorf, productor del especial. En representación de los kelpers aparece James Peck, un artista plástico que en el momento de la guerra tenía 13 años. Peck habla de lo que vivía un adolescente al que le dan un arma y le dicen “la vas a necesitar por unos días”. La mirada de los habitantes de las islas también está descrita por un fotógrafo argentino, Rafael Wollmann, quien realizaba una investigación sobre flora y fauna para una revista francesa: “Miraban atónitos los camiones argentinos, y no sólo porque estaban llenos de soldados, sino por cómo rompían el asfalto”, recuerda. De Wollmann son las fotos del desembarco “con los ingleses en el piso”, subraya Sucksdorf.
El manager de marketing del canal, César Coletti, destaca que “uno de los puntos importantes para el canal era mostrar que el enemigo era la guerra y que esto pone a las personas al mismo nivel, sin ganadores ni perdedores”. Sin embargo, en el especial los testimonios cuentan otra versión de esa idea: “Todos coinciden –aclara Laje– en la identificación del enemigo: el soldado que tenían adelante y al que tenían que bajar, y el clima, el clima de las islas”.
La hostilidad del invierno austral, la falta de planeamiento –que obligó a mandar soldados argentinos a lugares que después no se pudieron abastecer con alimentos ni municiones por la presión de los bombardeosingleses–, el hundimiento del “A.R.A. General Belgrano” y las bajas de la armada inglesa provocada por los aviones argentinos son bien mostradas y se intercalan con la visita del Papa a la Argentina o las resonancias del Mundial de Fútbol que se desarrollaba en España. Los relatos de los sobrevivientes ayudan a dar una adecuada idea de las condiciones de batalla en las trincheras, que se exhiben también a partir de una rigurosa reconstrucción de época. “Contamos con apoyo del Ejército –explica Laje–, quizá porque haya hoy una autocrítica del Ejército sobre las consecuencias de la guerra. A nivel relato, rescato que las dos partes hablen de falencias. Nadie dice que pelear esa guerra fue bárbaro. Veinte años sirvieron para forjar un relato con cantidad suficiente de elementos como para entender que la guerra es una experiencia dolorosa, pero profundamente humana.”