“Cuando me propuse dar una versión propia de la tragedia de Sófocles, me encontré ante la difícil decisión de ubicarla histórica y geográficamente en la Argentina. Elegí un arrabal porteño y un año de crisis: 1905. La población estaba formada, en su mayoría, por gauchos desplazados de la tierra y perseguidos por la Justicia que, imposibilitados de integrarse a una ciudad en tren de progreso e industrialización, caían inevitablemente al servicio de la politiquería local como matones a sueldo.” Así explicaba Sergio De Cecco (1931-1986) la génesis de El reñidero, pieza que se estrenó el 11 de enero de 1964, con Sergio Renán en el papel de Orestes Morales, luego versionada en cine por René Mugica, con las actuaciones de Francisco Petrone y Alfredo Alcón. “Tal como en Sófocles y en toda la tragedia griega, en ese arrabal se vivía permanentemente en estado de duelo, en un sometimiento al destino como algo irrevocable, quizás heredado del hombre de campo que vivía sometido a las contingencias de la naturaleza”, subrayaba el dramaturgo que recorrió varios países de Sudamérica con su compañía de títeres De las Malas Artes, y que en 1949 fundó, junto a Angela Ferrer James, un teatro independiente donde estrenó su primera obra teatral: Durante el ensayo, pieza que dirigió y en la que actuó. Autor de Capocómico (en la que rememora una etapa del teatro de picadero), El invitado y El gran deschave, entre otras, De Cecco trazó una pintura compleja de los personajes de la clase media baja argentina. En 1980, se reestrenó la obra en el teatro San Martín con un elenco encabezado por Alfonso De Grazia, Pachi Armas, Elena Tasisto, Graciela Araujo, Ingrid Pelicori y Alberto Segado en el papel de Orestes. El 26 de noviembre de 1986, a los 55 años, De Cecco se suicidó.