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Allá, Aristarain ya juega de local
La apertura de la sección oficial de la edición 50ª del Festival de Cine de San Sebastián se concretó con un notable nivel de calidad, con la película argentina Lugares comunes, muy aplaudida por el público y la crítica en sus dos funciones, la iraní The Winter Song y el último film del irlandés Neil Jordan, El buen ladrón. Tras la ceremonia inaugural, con que el festival festejó su medio siglo de vida con la presencia de figuras como John Malkovich, Wim Wenders –quien oficia como presidente del jurado–, Ariane Ascaride, Javier Bardem, Aki Kaurismaki, Neil Jordan y Volker Schlöndorff, entre otros, se puso en funcionamiento con una atractiva programación cinematográfica.
Lugares comunes, la última obra de Adolfo Aristarain, actualmente en cartel en Buenos Aires, fue la primera película en presentarse en la competencia oficial, donde también participará la semana que viene Historias mínimas, de Carlos Sorín. La presencia argentina se hizo fuerte además con la exhibición de Un día de suerte, de Sandra Gugliotta, que participa en la sección Made in Spanish, que ofrece un premio de 18 mil euros al film ganador. El film de animación Mercano, el marciano, del joven Juan Antín, a punto de ser estrenado en la Argentina, es otro de los trabajos locales que se verán en San Sebastián.
Los críticos españoles se impresionaron ayer con la factura sencilla y emotivo del film de Aristarain y por la calidad de las actuaciones protagónicas de Federico Luppi y la española Mercedes Sampietro y saludaron el final de la exhibición de prensa con una larga ovación. Lo mismo pasó en la función para el público, lo que puso de muy buen humor al realizador, que aspira a obtener un premio que sirva de despegue al estreno español del film, previsto para la primera semana de octubre. Aristarain es casi un favorito del certamen: lo ganó en 1992 con Un lugar en el mundo y la actuación de Federico Luppi en Martín (H.) le valió el premio a mejor actor en la competencia de 1997. Por otra parte, el tratamiento que reciben ambos de la prensa española es el que usualmente se reserva sólo a las figuras consagradas.
Los aplausos coronaron también la pasada de la magnífica película iraní The Winter Song (Gat e-ye zemestani), de Farhad Mehranfar, un realizador que se inició en el género documental y que es conocido en este festival debido a que en 1997 ganó una mención del jurado del Premio Nuevos Realizadores por su primer largometraje, Paper Airplanes (Mooshak e kaghazi). Espléndida en su sencillez, dotada de una liviandad que está mucho más cerca de la poesía que de la banalidad, The Winter Song retrotrae al espectador a los años mágicos de la infancia a través de la historia de una maestra que pasa un invierno entero enseñando letras y números a los hijos de una granjera. Mehranfar hace fácil lo difícil y utiliza un registro cercano al documental en el que destacan recursos cinematográficos –como la profundidad de campo y el cuadro dentro del cuadro–, para captar la belleza de la naturaleza y revelar, líricamente, el calor que esconden los corazones de los personajes, seres endurecidos por el medio áspero y hostil en el que viven.
Por último se vio El buen ladrón, la última película del irlandés Neil Jordan (El juego de las lágrimas, En compañía de lobos) y al mismo tiempo una remake del clásico del “film noir” francés Bob le flambeur, de Jean Pierre Melville. Los actores Nick Nolte y Tcheky Karyo, en la piel de un jugador y ladrón empedernido y un policía que siente una oscura admiración por él y trata de atraparlo antes que perpetre su último atraco, se lucen al frente del elenco. Jordan agrega capas de relato al ya intrincado argumento del original y tiene la capacidad necesaria para no banalizar a sus personajes, y convertirlos en meros símbolos, sino que logra dotarlo de contradicciones, asperezas íntimas y sufrimientos solapados que los hacen más vulnerables, intrigantes y, en definitiva, humanos.
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