Jue 14.11.2002

ESPECTáCULOS • SUBNOTA  › UN AUTORREPORTAJE

Yo pregunto, yo contesto

Para acompañar el lanzamiento del film, Pedro Almodóvar se entrevistó a sí mismo. Este es un extracto de su autorreportaje:
–A partir de ahora, habrá que decir que además de buen director de actrices, también lo es de actores... Los protagonistas de Hable con ella son dos hombres y los actores que los interpretan están espléndidos.
–Me alegra que seas tú quien lo diga. En efecto, Javier Cámara y Darío Grandinetti están soberbios en papeles bastante complicados. En cualquier caso, Hable con ella no es mi primera película con protagonistas masculinos. Carne trémula es una historia testicular, Matador y La ley del deseo eran también historias donde los hombres determinaban la acción; en La ley... incluso la chica (Carmen Maura) también era un hombre...
–¿Con quién disfrutas más?
–¿A qué te refieres?
–A la hora de trabajar, ¿con los actores o con las actrices?
–Cuando están maravillosos y consiguen que me olvide que soy el director y el guionista, disfruto por igual y mucho. A lo largo de 14 largos, reconozco que he encontrado mayor cantidad de buenas actrices que de buenos actores, pero también es cierto que he escrito más papeles femeninos que masculinos o neutros.
–Está claro...
–En otro terreno, el de la escritura, y siempre generalizando, creo que las mujeres me inspiran comedias; y los hombres, tragedias.
–¿Por qué no haces más comedias?
–No me salen los guiones. Pero lo voy a forzar..
–¿Se puede forzar un guión, los elementos que lo componen y el tono?
–No. O no se debería, si exceptuamos los documentales y las películas biográficas.
–¿A qué genero pertenece Hable con ella?
–No lo sé. Sólo sé que no es un western, ni una película de agentes de la CIA. Tampoco es de James Bond, ni de época.
–Algo de época sí que hay...
–Es verdad, siete minutos para ser exactos, que transcurren en el año 1924.
–Esos siete minutos están dando mucho que hablar...
–A pesar de ser mudos... En mitad de la película, el enfermero Benigno (Javier Cámara), aprovechando una de las escasas noches que tiene libre, va a la Filmoteca a ver una película muda española: Amante menguante. Muestro unos siete minutos de esa película...
–¿No es arriesgado interrumpir la narración general para meter otra muy distinta, a no ser que sea un flashback de los mismos personajes...?
–No, no es un flashback, es una historia independiente... Y sí, es arriesgado, mucho...
–¿Y no teme que el espectador se desconcierte, o se disperse?
–Ahora que la he terminado, no; pero mientras lo rodaba, estaba acojonado. Hasta que no he tenido las dos historias montadas juntas no he podido dormir tranquilo.
–¿Cuál es la razón de este “desvío” de la historia central?
–Es un desvío aparente, porque la historia del enfermero no se detiene durante esos siete minutos sino que se solapa y se funde con la del “Amante menguante”. De todos modos, la razón original (cuando estaba gestando el guión) era que la película muda me sirviera de tapadera.
–¿Para tapar qué?
–Lo que realmente está ocurriendo en la habitación de Alicia. No quiero mostrárselo al espectador, y me invento Amante menguante para taparle los ojos. De todos modos, el espectador se enterará de lo que ha ocurrido al mismo tiempo que el resto de los personajes. Es un secreto que me gustaría que nadie develara...
–A eso se llama manipulación...
–Es una opción narrativa, y no precisamente sencilla, por eso estoy tan orgulloso del resultado...

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