–¿Cómo le fue en las Islas Malvinas, en el rodaje de la película “Iluminados por el fuego” de Tristán Bauer?
–Falta filmar una etapa que es la parte de la guerra propiamente dicha. Pero estar en Malvinas fue una de las cosas más fuertes que hice en mi vida. Cuando sucedió la guerra lo viví de un modo solitario –como en una isla– porque mi padre me decía que no había nada que festejar, que perdíamos de cualquier forma. Y todos festejaban. Ahora estuve donde habían caído los casi 300 pibes que no tenían ni 20 años. Están las caritas puestas en las cruces, algo muy fuerte. Fui a visitar a los pibes y sentí que estaba en representación de sus padres que no han podido estar allá. En el cementerio lloré tres horas, todos lloramos.
–Una productora estadounidense quiere hacer “Nueve reinas”. ¿Qué opina de ese interés?
–Quiero ver qué pasa con esos proyectos. Por un lado me pone orgulloso que el guión de una película argentina quiera ser llevado al cine. Pero no sé, va a ser raro verlo en otro idioma. Porque las cosas funcionan de modo distinto aquí y allá. Le cuento una anécdota: cuando estuve afuera me preguntaban cuánto había costado la película: “U$S 1.200.000”, les dije. Y me contestaron: “Ese es su cachet, pero ¿cuánto costó la película?”. Comprar el libro les saldrá más caro que hacer toda la película.