“La razón por la cual creemos que tiene que existir una ley marco de la cultura es porque hemos visto quiénes y cómo han gestionado la cultura en el país”, señala el periodista Jorge Sethson, miembro del MAR y uno de los mentores del proyecto de ley. “La falta de interés que han tenido sobre la cultura en un momento en que este país y esta sociedad necesitan que la cohesionen”, agrega. Sethson comenta que esta idea “se basó en el último informe sobre la cultura que solicitó la Secretaría de Cultura de la Nación en 1999 durante la gestión de Darío Lopérfido, con datos relevados en 1997 por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA”. Para dar cuenta de la problemática sobre la cultura, Sethson explicó a Página/12 parte del informe. Más precisamente el que corresponde a tres provincias: San Luis, La Rioja y Santa Cruz. Es decir, las tierras de origen de los actuales candidatos presidenciales por el justicialismo: “Del presupuesto total de La Rioja calculaban que iban gastar el 0,17% en cultura. Santa Cruz destinó un 0,55% y San Luis un 0,29%. No son cifras bajas si se tiene en cuenta que la provincia de Buenos Aires destinó el 0,18%”. Pero además de estas cifras, hay otra precisión más reveladora: “Lo interesante es que, además de lo poco que se destina, ni siquiera lo gastan. San Luis sólo gastó la tercera parte, en Santa Cruz gastaron únicamente las dos terceras partes y en La Rioja ni siquiera hay cifras”. Este cuadro, dice, “demuestra que tiene que crearse una legislación cultural que permita que los protagonistas de la cultura puedan tener mayor participación y que, además, la cultura llegue y esté al alcance de todos. La idea de esta ley es que no dependa de los gobiernos de turno”.