“Ya no me acuerdo cuántos años llevo de carrera, pero deben ser bastantes”, dice Alcón. Nacido el 3 de marzo de 1930, el actor ya lleva en su haber más de medio siglo de trayectoria. Una vasta experiencia que, aclara, sólo sirve para la estadística. “Si un actor –explica– hace los papeles automáticamente es porque llegó a un nivel de desidia total. Soy de los que piensan que el que encuentra rápido es porque poco busca. A mí me gusta la gente que busca. Si encuentra o no, me importa menos. Ese espíritu es el que deben tener los actores que me gustan, las personas que me gustan, las novelas que me gustan y hasta las pinturas... La experiencia sirve de poco, porque en la medida en que uno se apoya en ella se pierde la espontaneidad de la vida, su disfrute. La vida está en constante movimiento. Entre lo que uno hace y lo que quiso hacer siempre hay un espacio vacío, que nunca se llena. Uno está siempre buscando. El hombre, en mi visión, debe vivir de utopías para no morirse en vida.”