- Video prohibido: entre las piezas más codiciadas de los últimos tiempos, los chimenteros mostraron el de Máxima atendiendo a su bebé en la privacidad, el de Luisana Lopilato y Felipe Colombo (de Erreway) en la intimidad de un camarín, el de Natalia Fassi y Carlos Tevez en paseo por Buzios.
- Fotos telefónicas: según un reciente estudio de The Washington Post, un 30 por ciento de las fotos publicadas en prensa son tomadas desde teléfonos celulares. Se abre un campo inmenso de posibilidades de retrato callejero o íntimo, con la camarita móvil que cabe en el bolsillo y permanece bajo clandestinidad.
- Murmullos pescados in fraganti: el programa Domínico, de Nicolás Repetto, inauguró la lectura de labios a famosos a la vera de pasarelas, en actos públicos u obras de teatro, con la ayuda de una sordomuda que delata el comentario socarrón, el chisme de pasillo o la broma verde.
- Cámara oculta de uso ampliado: en Videomatch se utiliza para cazar al vecino (en fingido affaire sentimental con Luciana Salazar). Y en Puntodoc se extiende ya no sólo a la falta o el delito, sino también al plano de los deseos privados (el deseo por la travesti, en el caso Ferriols).
- Invasión “por la fuerza”: la cámara ingresa a los hábitats de la intimidad: cuartos, livings y hasta baños. En Los invadecuartos, de MTV, y en Propiedad Horizontal, de Ciudad Abierta, se revisa el cajón de la mesita de luz sin el velo (el traslado a un estudio, una casa, una isla o un bar) que otorgaba el reality show.