LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Pablo Bari vincula la renovación del léxico de las transmisiones televisivas del fútbol con la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
› Por Pablo Bari *
Entre todos los cambios que supone la televisación de los partidos por el canal estatal, la modificación del léxico exhibe la intención de nombrar a las cosas de otra manera. En primer lugar, por supuesto, el título ecuménico que no admite ni encierra jerarquías. Llamar Fútbol para Todos a algo que hasta hace poco tiempo estaba contenido en la marca Fútbol de Primera es toda una declaración de principios aunque no incluya a todos los torneos que organiza la AFA.
La secuencia de nuevas denominaciones continúa con la proclamación de Marcelo Araujo como “relator del pueblo”, como si el periodista fuera el fiel representante de las voces populares, con su conocido tono que casi siempre recorre el borde obsceno de la voz, y que, es justo reconocerlo, hizo escuela.
La suma de las expresiones “Fútbol para todos” y “relator del pueblo” expone un énfasis, tan obeso como débil, que pretende subrayar la decisión del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Luego hay un cambio sutil en la presentación de las situaciones de juego irregulares. En este caso, donde antes habitualmente se decía “jugadas polémicas” ahora es preferible decir “jugadas discutidas” como si la intención fuera diferente en un caso y otro y resultara más adecuado a los nuevos tiempos discutir sin entrar en polémicas que ataquen la potestad de los árbitros.
Finalmente la más curiosa y particular de las nuevas definiciones es la de “tiempo recuperado” que reemplaza al agónico “tiempo de descuento”. Por supuesto la idea es volver a conseguir los minutos perdidos. O bien, en un contexto más amplio, producir hechos de fuerte repercusión social, que le permitan al Gobierno recuperar la iniciativa. Cabe preguntarse, en este sentido, qué efecto hubiera producido en los votantes de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la televisación del fútbol por el canal estatal si las elecciones legislativas no se hubieran anticipado. Lo que queda es un cambio que excede a las transmisiones de los partidos de fútbol y se extiende en una metáfora sobre la discusión alrededor del uso de los medios de comunicación. Después de la votación de la ley de medios parece más fácil entender que leer “tiempo recuperado” donde antes decía “tiempo de descuento” no es solamente un cambio cosmético, o una nueva acepción del Diccionario del Argentino Exquisito de Bioy Casares, sino la expresión que anticipaba el rumbo del debate sobre los medios de comunicación y los uniformes monopolios informativos.
* Licenciado en LetrasUBA.
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