Cuando ganó la medalla de oro en Atenas 2004, se lo consideró la principal figura del atletismo chino. Título que revalidó con grandes logros en todo tipo de torneos. Pero sufrió el primer traspié en Beijing 2008: una lesión lo dejó fuera de la competencia. Ayer era en Londres el día de la revancha. El estadio completo lo ovacionó cuando ocupó su lugar en las eliminatorias de los 110 metros con vallas y el estadio completo enmudeció cuando, en el primer salto, enganchó su pie derecho y cayó al suelo. Después, a los saltos con su pierna sana, intentó llegar a la meta. No lo consiguió. Se detuvo a reponerse en la última valla. Allí lo saludaron sus competidores y allí recibió una ovación de despedida. Allí terminó el sueño de Liu Xiang.