Ayer hubo dos importantes reuniones sobre la epidemia de ébola: la cumbre especial del ALBA en La Habana y la de cancilleres de la Unión Europea. En la primera, Raúl Castro anunció el envío de dos nuevos contingentes de profesionales cubanos a Liberia y Guinea. Los europeos acordaron nombrar un “zar” para enfrentar la amenaza en su continente, pero eludieron cualquier compromiso sobre el envío de personal sanitario a Africa. “Aunque Estados Unidos y otros países han ofrecido su disposición a contribuir con dinero, únicamente Cuba y unas pocas ONG están proporcionando lo que se necesita con más urgencia: profesionales dispuestos a atender pacientes”, editorializó ayer The New York Times. Tenía razón.