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El efecto Mozart en los bebés
Diversas investigaciones indican que las composiciones de Wolfgang Amadeus Mozart relajan y estimulan a los chicos al mismo tiempo, más que cualquier otra música. Ahora hay videos con imágenes y arreglos musicales especiales para bebés.
Por S.R.
La imagen: el dibujo animado de una canilla que gotea. Con las gotas se va formando un mar, y en él van apareciendo peces de muchos colores. La música: el 1º Movimiento de la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart. ¿Quién está delante, quién ve y quién escucha? Un bebé de tres meses. Es a partir de esa edad que los bebés están en condiciones de mirar una pantalla a una distancia de dos o tres metros. Al principio, no pueden percibir nítidamente los diferentes colores, sino sólo los contrastes marcados y los patrones repetitivos: rayas, círculos, cuadros. Desde los 6 meses, sí distinguen colores y ya no sólo perciben sino que se entusiasman con las repeticiones. Más aún, si las imágenes que se les ofrecen están acompañadas por lo que desde hace un tiempo se denomina “Efecto Mozart”: en la universidad de California, desde hace veinte años, se estudian patrones musicales y se observa el efecto que producen. De todas las estructuras musicales estudiadas, las creadas por Mozart, ingeniosas y simples, son las que más efectos positivos han registrado. Uno de las consecuencias de ese hallazgo es una serie de videos y CDs (Descubriendo el mundo junto a Mozart) destinados a niños de 3 a 36 meses.
En la década del 80 las revistas científicas del Primer Mundo comenzaron a dar cuenta de diversas investigaciones sobre los efectos de la música en los niños. Demostraron unas cuantas cosas: que la música modifica la estructura del cerebro en el desarrollo del bebé en gestación (entonces los obstetras y las obstétricas comenzaron a recomendar a las embarazadas que escucharan regularmente música tranquila y relajada); que los bebés reconocen y prefieren la música que oyeron en el vientre de sus madres; que el coeficiente intelectual aumenta en los niños que reciben instrucción musical regularmente; que la música adecuada los tranquiliza. Los patrones fijos de las composiciones musicales, dentro de los cuales surgen nuevos elementos con los que se puede interactuar libremente, son un marco de presentación inmejorable para unas cuantas cosas de la vida.
Pero además, en la Universidad de California observaron que la música de Mozart funcionaba mejor que la de otros compositores. En los últimos años, según relata Don Campbell en El efecto Mozart para niños (editorial Urano), se han realizado numerosos estudios estudiando el fenómeno. Los ritmos, las melodías y sobre todo las frecuencias de patrones en sus composiciones estimulan y recargan las regiones creativas y motivadoras del cerebro. Esta música, misteriosa y accesible a la vez, produce un efecto dual que beneficia enormemente a los bebés: los relaja y los mantiene atentos al mismo tiempo.
“Estimular al bebé es brindarle las herramientas adecuadas para su edad, ayudarlo a ir superando desafíos”, dice la licenciada en psicología Carolina Micha, quien formó parte de la dirección general, junto a Daniel Schammah, de los videos Descubriendo el mundo junto a Mozart, primer producto local en el que se aplica este nuevo saber dirigido a los bebés. “Hoy la televisión forma parte de la vida cotidiana de todo hogar, y resulta muy difícil evitarla. ¿Lamentablemente o por suerte? Uno de los grandes temores de los padres es exponer a su hijo a la pantalla chica y’mal acostumbrarlo’ a un hábito que lo ubica en una actitud pasiva. Pero la televisión puede ser una excelente herramienta de estimulación, y para ello es fundamental el rol activo de los padres”, afirma Micha.
En el video, en el que se van componiendo imágenes que construyen un básico y sencillo mundo a través de los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), van desfilando diversos objetos que ya forman parte del mundo del bebé o se presentan desde la pantalla: desde juguetes, títeres, móviles, a animales, dibujos animados, figuras abstractas. La propuesta prevé la interacción de quien acompañe al bebé, acercando otros objetos reales, similares u opuestos a los que se ven en la pantalla, para enriquecer el entretenimiento y convertirlo en una aventura en la que se pongan en juego la memoria, el tacto, el gusto, el olfato, y sobre la capacidad de asociación.
A lo largo de los treinta minutos que dura el video, las imágenes van siendo acompañadas por sencillos arreglos musicales de piezas como Rondo alla turca, sonata Nº 16, tercer movimiento; La flauta mágica, aria del Papageno; Sonata Nº 15 para piano en do mayor, primer movimiento; Minué en fa mayor; Pieza sin título, alegro en si bemol; o el Concierto para piano en re mayor. La música envuelve y acolcha las imágenes de flores, burbujas, tortugas, abejas, barcos, peces, estrellas marinas, gatos, caleidoscopios, frutas, juguetes que replican muchas de las imágenes, de modo que el gato real y el gato de juguete puedan asociarse en la mente del pequeño espectador. La productora Primeros Pasos ha lanzado paralelamente al video un compact con la misma música, para que el “efecto Mozart” pueda seguir acompañando al bebé en el auto o en la cuna.