Hay mujeres que, solas, buscan tener hijos. Cabe consignar que siempre hubo mujeres que criaron hijos solas: lo nuevo sería que ahora la elección aparece como manifiesta. Desde la matriz patriarcal, se desliza y confunde lo que pudiera ser un acto de autonomía con un acto narcisista. Por lo demás, mujeres que deciden tener hijos desde una posición narcisista, sólo para sí, pueden existir en familias externamente nucleares y heterosexuales, pero donde el varón es valorado sólo como inseminador y quizá proveedor.

Esto no quita que, aunque política y éticamente podamos estar a favor de que una mujer decida tener un hijo sola, identifiquemos lo patológico que pueda presentarse en tal situación. Una mujer me consultó para que la apoyara psicológicamente en el curso de una fertilización asistida que quería realizar sola, con lo cual yo simpatizaba y estaba dispuesta a acompañar profesionalmente. Pero, en el curso de las entrevistas para establecer el marco de trabajo, advertí dificultades serias para emprender un proceso de maternaje –sostén, posibilidad de narcisismo trasvasante, etcétera– en cualquier situación en que éste se diera. Entonces le señalé que, sí, podía acompañarla, pero en el marco de una terapia más abarcativa a partir de lo que había podido observar de sus dificultades. Ella muy honestamente me respondió que no quería ni estaba dispuesta a sostener esa terapia.