Jue 03.01.2002

PSICOLOGíA • SUBNOTA  › “DESCONFIAR DE OPCIONES ENTRE FILOSOFIA Y PSICOANALISIS”

Platón y Prozac en el diván de la anarquía

Por Carlos D. Pérez *

A veces, en la intención de elegir un buen camino a uno le aparecen opciones de imposible resolución. Si a alguien se le impone y propone elegir entre Platón y el Prozac, tal vez porque ambos comienzan con “P” o son palabras de seis letras, cabe sumirse en la desconfianza. Dejando el último término entre paréntesis –no es el caso discutirlo–, si de Platón se tratara debiéramos saber si se invoca al moralista del Filebo, a las figuras fulgurantes del Banquete o a qué. Y ni qué decir si se menciona “la filosofía” como algo unitario. Lo mismo del lado del psicoanálisis, que a pesar de no tener 25 siglos de trayectoria se ha diversificado lo suficiente como para que no haya dos psicoanalistas que concuerden plenamente en la noción de inconsciente o lo apliquen del mismo modo en el abordaje de cada situación de análisis.
Esto es un modo de decir que si la opción fuera, ya no con el Prozac, psicoanálisis y/o filosofía, la disyunción o la cópula está viciada desde el vamos. Si toda la metafísica es platónica, con Nietzsche quedó cancelada esa larga hegemonía, que saluda el eclipse de la verdad unitaria. Salvando las distancias, los psicoanalistas pasamos por suficientes replanteos de las tesis freudianas para arribar a un saludable desconcierto, aquí o allá desmentido por la devoción a las fórmulas del maestro de marras. No hay otra alternativa que abrevar, por lo tanto, en filósofos, psicoanalistas y pensadores varios para alimentar certezas e incertidumbres. Lo hizo Freud con poetas y escritores, Lacan con matemáticos, lingüistas, filósofos y cada cual en su momento con los autores de influencia, se llamen Heidegger, Pessoa o García Lorca.
Establecer una opción entre un “la” y otro –se les ponga el apelativo que fuere– genera una falsa opción. En Barthes se lee que “la ciencia es vasta, la vida sutil, y para salvar esa distancia hacemos literatura”. Que la sutileza vital es rebelde a cualquier “la”, lo tengo por seguro, por lo que me afirmo en desconfiar de opciones, sean entre Platón y Prozac o entre filosofía y psicoanálisis, las que fueren. Si la vida es asunto de arte y éste no entra en encasillamientos, las disyunciones se revelan improductivas. Nuestro mayor hombre de letras –Borges– lo supo intuir con estas palabras: “En el tiempo real, en la historia, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas opta por una y elimina y pierde las otras, no así en el ambiguo tiempo del arte, que se parece al de la esperanza y al del olvido... y esa ondulante imprecisión, esa incertidumbre, es la extraña materia de que está hecho”.
Espero no se entienda que con esto rebato la propuesta del autor que escribe en esta misma página sino que la extiendo al destacar la originalidad de cada cual en su irrepetible modo de sujetarse o transgredir eso ya dado que llamamos cultura.

* Autor de El diván de la anarquía.

Nota madre

Subnotas

  • Platón y Prozac en el diván de la anarquía

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux