Vie 07.03.2008

SOCIEDAD  › EN EL CONGRESO, REPRESENTANTES DE DISTINTOS SECTORES RECLAMARON “IGUALDAD CON DIVERSIDAD”

Alegatos de mujeres contra la discriminación

Del encuentro participaron mujeres con VIH, trabajadoras sexuales, adultas mayores y discapacitadas, entre otras. Expusieron sus reclamos ante diputadas y senadoras, como parte de las actividades por el Día Internacional de la Mujer, que se celebra mañana.

› Por Emilio Ruchansky

Mujeres con VIH, afrodescendientes, deportistas, discapacitadas, adultas mayores, en estado de prostitución, con sobrepeso, activistas de movimientos sociales, lesbianas, judías, travestis, musulmanas, indígenas. Todas se reunieron ayer bajo una misma consigna: “No hay igualdad sin diversidad”. El encuentro, realizado en el Salón Azul del Congreso Nacional, sirvió de plataforma para que sus reclamos sean escuchados por varias diputadas y senadoras. El próximo 12 de marzo habrá una sesión especial en el Parlamento para analizar estas demandas, aprovechando “el momento histórico”, según coincidieron las asistentes, de tener una Presidenta a cargo de la Nación.

“Hace tiempo que venimos consiguiendo espacio en los lugares de decisión, el objetivo es que esta diversidad algún día sea gobierno”, reflexionó María José Lubertino, anfitriona y presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). El “Parlamento de mujeres por la diversidad y contra todo tipo de discriminación” fue inaugurado por la diputada Patricia Vaca Narvaja y la senadora Marita Perceval, quienes recordaron su propia lucha por conseguir el cupo femenino en el Congreso.

“Las mujeres aborígenes sufren una triple discriminación. Están excluidas de la sociedad por ser mujeres, aborígenes y pobres. Se las culpa por la desnutrición de sus hijos, por no conseguir trabajo, ¡se las culpa hasta por sentir dolor en el parto!”, estalló Karina Alegre, una activista social de Formosa. Su compañera de Santiago del Estero, Graciela Toscano, exigió ratificar en esa provincia el programa de salud sexual y reproductiva para que las mujeres “gocen con atención y con información”. También señaló la necesidad de guarderías en los centros de salud, donde las madres más pobres tienen que llevar a sus chicos cada vez que quieren atenderse.

Carmen Platero, representante de las afroargentinas, recordó que en 2001, durante la conferencia de Durban, se acordó una nueva forma de apelar al colectivo como “Afrodescendientes y no negros o negras, formas peyorativas de servidumbre y desprecio a nuestra cultura milenaria”. Platero presentó a una joven llamada Estefanía Cámera que nombró a mujeres que combaten los estereotipos sexistas y racistas, entre ellas, Pocha Lamadrid, de la Asociación Africa Vive. “El Estado y la sociedad deben un reconocimiento del aporte de los afrodescendientes que dieron su vida por esta patria”, concluyó Cámera.

“Saludo a la posmodernidad, que tiró los libretos por la ventana”, enfatizó Jaia Barylco, en representación de la comunidad judía. “Conocer la cultura del otro a través de los otros es construir el nosotros que necesitamos”, dijo antes de cederle el micrófono a María Rosa Severino, que habló sobre las discapacitadas y su múltiple discriminación. Habló de abuso, desempleo, maltrato y pobreza de quienes viven una “diversidad funcional”. Entre los pedidos de Severino estuvo el de la inclusión, en lo posible, de estas personas en las escuelas comunes “para no segregar desde la niñez”.

Una de las más aplaudidas de la tarde fue Angela Tenuta, quien comentó las penurias de las adultas mayores y citó el artículo de 14 bis de la Constitución Nacional. “Tenemos los mismo derechos, por eso queremos que se cumpla con la movilidad y cobrar una jubilación basada en el porcentaje de lo que ganan las personas en actividad”, argumentó. Por su parte, la representante de las religiones africanistas aprovechó los cuatro minutos que tenía cada expositora para pedir que sea reconocido su culto. “Esta es una religión de origen africano y no una secta peligrosa, como le dicen a mi hijo cuando va al colegio. No queremos seguir escondiéndonos detrás de la iglesia”, dijo emocionada Mameto Kiamasi.

En la lista de oradoras siguió Mónica Regola, que ejemplificó la situación de las mujeres en el deporte. “Acá está la primera directora técnica de fútbol reconocida por la AFA, ¿saben dónde entrena su equipo femenino? En una plaza de la ciudad de La Plata”, contó. Regola también mencionó el caso de la campeona argentina de tiro, a quien no querían darle el título por ser mujer y pasó casi 10 años luchando para obtenerlo.

También habló Claudia Castro sobre los derechos de lesbianas y bisexuales, en particular, de la ley de matrimonio homosexual y una deuda histórica: la despenalización del aborto. Otro de los reclamos referentes a la diversidad sexual fue el de la dirigente travesti Pía Braudaco, quien pidió por la ley de identidad de género.

Casi al final, y luego de que varias representantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) de Capital Federal pidieron terminar con la violencia y la exclusión institucional, María Eugenia Giligan exigió, en nombre de las mujeres que viven con VIH, “que se restablezca la distribución de medicamentos” (ver aparte). Fue el pedido más urgente y vital, y la propia Lubertino se comprometió públicamente a llevar ese grito hasta el Ministerio de Salud.

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