Estaban bien organizados: ella, travesti, seducía a camioneros que se le cruzaban y él los tomaba desprevenidos en el momento oportuno y les robaba el vehículo. No se sabe a cuántos emboscaron así, pero lo cierto es que no lo harán más, al menos por un tiempo. La dupla se desintegró en Pompeya, luego de que un agente los agarró in fraganti en la avenida Amancio Alcorta, en ese barrio porteño. La travesti se apareció de golpe ante un camionero que ante semejante escote no pudo hacer otra cosa que frenar y, cuando se acercó a la ventanilla del conductor, sacó otra arma, una pistola, o revólver. Su cómplice apareció de la nada también armado. Justo pasó caminando el federal, que frustró el asalto. El y ella corrieron hacia la plaza del pasaje Beruti, donde se produjo un primer tiroteo. El policía persiguió entre matorrales a los asaltantes, pero dos cómplices aparecieron y empezaron a golpearlo. El policía fue rescatado cuando aparecieron compañeros de la comisaría 32ª. A orillas del Riachuelo se originó un segundo enfrentamiento. Uno de los ladrones fue detenido. Dos escaparon entre yuyos y la travesti se fue a nado, surfeando por el Riachuelo.