Tres mujeres murieron, mientras dos adolescentes desaparecieron en Jujuy cuando la crecida de un río en la Puna, arrastró a una camioneta Ford F-100, en la que viajaban 12 personas. El accidente se produjo el martes en medio de un fuerte temporal, cuando el vehículo circulaba por la ruta provincial 7, entre las localidades de Cienaguilla y Yoscaba, cercanas a la frontera con Bolivia, unos 300 kilómetros al noroeste de la ciudad de Jujuy.

El conductor de la camioneta, Porfirio Flores, de 26 años, cruzaba una cuneta de la ruta provincial 7, por donde pasa un río, habitualmente poco caudaloso, afluente del río Grande. Allí, la camioneta quedó varada por la gran cantidad de lodo que estaba arrastrando la corriente, que estaba en creciente. Los ocupantes de la camioneta no pudieron salir a tiempo del vehículo. Después de unos minutos la fuerte corriente los arrastró.

Ayer, la policía continuaba con la búsqueda de una niña de 12 años y una adolescente de 17, que también habían sido arrastradas por la corriente. A trescientos metros del accidente, fue hallado el cuerpo de Esther Coria, de 35. Mientras que, a casi 10 kilómetros del lugar donde encalló la F-100, fueron rescatados los cuerpos de Jacinta Trejo, de 55, y de Viviana Mendoza, de 60.

Hace unos 21 días, también por causa de un fuerte temporal, en la capital jujeña, murieron cuatro chicos, cuando la lluvia hizo crecer el río Grande, que arrastró una precaria vivienda.

Mientras tanto, la situación en el norte de Jujuy, así como en gran parte del norte del país, continuaba complicada debido a las inundaciones que mantienen a más de diez mil personas aisladas en parajes de Salta y Santiago del Estero. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, dijo ayer que las lluvias no les dan “respiro” a los salteños. “Esto marca que no había una infraestructura adecuada para soportar este tipo de fenómenos”, acusó Urtubey.

En el noroeste de Salta, gran cantidad de pobladores se encontraban aislados, con dificultades para recibir asistencia por la intransitabilidad en los caminos a lo que se suman las persistentes precipitaciones. Así, en Santa Victoria Este fuentes comunales informaron que los habitantes están aislados pero no la localidad no se encuentra anegada, mientras en el departamento San Martín persistían los inconvenientes en la provisión de agua potable. Allí, una crecida del río Caraparí arrastró la cañería que une el dique Itiyuro con la planta potabilizadora.

Miguel Angel Céspedes, sacerdote en el departamento de Rivadavia, dijo que la situación “está complicada en los parajes de la zona sur” de ese departamento, donde por los desbordes de los ríos “hay personas aisladas y faltan medios para llegar a ellos”. Además, el sacerdote contó que el “agua se ha llevado casas y la gente se ha autoevacuado en los lugares más altos”.