SOCIEDAD › A LA UNA DE LA MADRUGADA DE MAñANA HABRá QUE ATRASAR EL RELOJ
Los argentinos recuperarán hoy la hora extraviada en diciembre en pos del ahorro de energía. Habrá dos medianoches: el país vuelve al huso horario -3. Las estadísticas oficiales indican que el consumo siguió subiendo, aunque se evitaron los picos.
A la 1 de la madrugada de mañana domingo habrá que atrasar los relojes una hora para reacomodarlos en el huso -3 respecto del meridiano de Greenwich, según las pautas de la nueva ley vigente. Así habrá expirado el horario que rigió en el verano con el propósito de extender la jornada de luz solar para estimular el ahorro de energía eléctrica. Esta medida es parte del Programa Nacional del Uso Racional de la Energía Eléctrica, la primera batería de medidas instrumentadas por el Gobierno al reconocer que Argentina enfrenta un problema provocado por la escasez de energía. No hay todavía una evaluación firme de las consecuencias que tuvo el plan veraniego, aunque las propias estadísticas oficiales demuestran que la demanda de energía eléctrica en el verano siguió subiendo como en años anteriores. De todos modos, se evitaron los picos y el consumo fue más distribuido.
Desde mañana domingo se volverá al horario de rutina, vigente desde 1999, y por el cual el país está desfasado respecto del compromiso asumido a principios del siglo pasado de quedar ubicado en el huso -4 de Greenwich. Esta distorsión es producto de otros varios cambios, con atrasos y adelantamientos, que tuvieron lugar en la historia local, siempre con el propósito de economizar electricidad aprovechando mejor la luz solar en las más extensas jornadas veraniegas.
Esta vez, el retoque horario fue impuesto por una ley que ubica a la Argentina en el huso -2 durante el verano, en este caso, desde el 30 de diciembre pasado hasta el 16 de marzo. Esa norma fue sancionada poco después de Navidad con amplio respaldo en ambas cámaras, motivadas no sólo por el renovado oficialismo tras el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner sino por la toma de conciencia de que el sistema energético está muy cerca del colapso por la sobrecarga de consumo.
El cambio de huso es parte del Pronuree, que supone otras medidas como la sustitución de las lámparas incandescentes por las de bajo consumo, en principio en los edificios y el alumbrado público. Pero también prevé el etiquetado de electrodomésticos, como un recurso para estimular un ahorro difícil de conseguir.
El retoque horario siempre resultó una decisión muy polémica. Desde el punto de vista técnico, porque no hay certezas sobre su eficacia para restringir el consumo y en el caso de las provincias occidentales como Mendoza –con una jornada de luz solar más extendida hacia la noche por su localización– porque podría obligar a levantar los interruptores más temprano, anulando el ahorro que se consiguió al atardecer.
La comunidad científica también levantó su voz adversa por razones de las más diversas. Los ambientalistas consideran que poner en marcha grandes ciudades cuando el sol todavía no calienta lo suficiente es consentir una mayor polución porque la baja temperatura no permite minimizar el daño de los gases de la combustión. Desde la perspectiva médica, también hubo alertas sobre el riesgo de perturbar el bioritmo, con los consecuentes problemas físicos y psicológicos derivados de un mayor estrés.
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