Un obrero de la construcción, al parecer ofuscado por el resultado adverso a sus intereses de una causa laboral, reaccionó en forma violenta y con un cuchillo mató a puñaladas a una abogada que actuaba como mediadora judicial y a su secretario. El trágico desenlace sorprendió a las personas que estaban presentes en el estudio jurídico, ubicado en Paraguay y Florida, en pleno centro porteño, incluyendo a la propia representante legal del trabajador, una abogada que sufrió un ataque de nervios. El autor de las dos muertes, cuyo nombre fue mantenido en reserva, trató de escapar, con el cuchillo en su mano ensangrentada, bajando seis pisos por la escalera. Fue perseguido por un cliente ocasional del estudio, que sufrió una herida en la mano luego de forcejear con el trabajador devenido en homicida. El autor del doble crimen, exhausto, se sentó sobre el piso en la puerta del edificio de Paraguay, y otra vez manso, se dejó llevar hasta una celda de la comisaría 15ª.

“Esta desgracia está cerrada. El autor fue detenido, hay varios testigos presenciales y ahora la Policía Científica está tomando huellas para corroborar lo que ya es sabido”, comentó con una cara acorde con las circunstancias el comisario Rubén Alberto Dalla Costa, quien se hizo presente en el sexto piso del edificio, donde funcionaba una de las 180 oficinas de mediación judicial, para casos laborales, que existen y que fueron creadas por el Ministerio de Justicia de la Nación, aunque funcionan en forma autónoma, sin depender del organismo oficial.

El episodio, según comentó a la prensa Dalla Costa, ocurrió cerca de las 15 en la oficina 602 del sexto piso, donde está instalado un estudio de mediación judicial a cargo de la doctora Marta Charás, de 58 años, quien estaba acompañada por su secretario, Jorge Lacurrain, de 65. En el lugar había por los menos siete personas, entre ellas la representante legal del albañil y los abogados de la empresa demandada. Nadie pudo precisar cuál fue el diálogo que se produjo, pero Dalla Costa dedujo, de lo escuchado en boca de los testigos, que la decisión de la mediadora fue considerada inconveniente, para sus intereses, por el trabajador.

Primero se escucharon unos gritos hasta que el hombre, “muy fornido” según alcanzó a comentar el cliente comedido que sufrió una herida cortante en la mano, sacó de su cintura un cuchillo mediano con el cual atacó primero a la mediadora y luego a su secretario Lacurrain, quien intentó defenderla del sorpresivo ataque. La mujer falleció en el acto, mientras que su colaborador murió cuando lo trasladaban a un hospital.

La abogada defensora del albañil se desvaneció luego de gritar varias veces en forma desgarradora y el resto de los testigos quedó estupefacto. Eso fue aprovechado por el hombre que, cuchillo en mano, salió disparado de la oficina, chocando en la puerta con un cliente que llegaba.

Esa persona, cuyo nombre tampoco fue proporcionado, trató de interrumpir el escape del obrero, pero en el forcejeo resultó herido en una mano. Tenaz, el cliente siguió la corrida del albañil en su escape de seis pisos por la escalera. Dijeron luego que todos los escalones quedaron con manchas de sangre. En la vereda de la calle Paraguay al 600, alertados por los gritos que venían del sexto piso, se habían reunido muchos curiosos y varios policías que patrullan habitualmente la zona.

Ante semejante recepción y cansado por la larga corrida, el hombre que entró como querellante y se fue como imputado se sentó en el piso, entregó el arma y se fue mansamente hacia la seccional, en un móvil policial. El cliente fue llevado en ambulancia al Hospital Pirovano, donde en menos de una hora le dieron el alta porque la herida no es grave.

El comisario Dalla Costa confirmó la detención del autor del doble crimen, que fue llevado a la comisaría 15ª. Los testigos fueron trasladados a la misma seccional, donde prestaron declaración. Más de uno tuvo que ser asistido por médicos, dado que habían sufrido un shock emocional. En el caso intervino el juez de instrucción número 7, Gabriel Ghirlanda, quien ordenó la asistencia al lugar de peritos de Policía Científica de la Federal, quienes levantaron muestras de sangre y huellas. El arma que habría sido utilizada fue secuestrada, en la puerta del edificio, de manos del albañil, que tiene más de 60 años. “El caso está cerrado, todavía no sabemos los detalles de la discusión previa ni los motivos del ataque, pero presumimos que fue un fallo adverso. Tampoco sabemos cuáles son las características psíquicas de la persona involucrada. No sabemos si está en su sano juicio”, declaró Dalla Costa frente a la multitud de preguntas de la prensa.