Antonio Frisoni, el empresario de San Martín, de 79 años, secuestrado el viernes pasado cuando salía de jugar a las cartas del club Alvear, fue liberado a las tres y media de la madrugada de ayer, en Campo de Mayo. Los secuestradores habían exigido 200 mil dólares, de los cuales no se llegó a pagar una moneda, o el pago se realizó en absoluto secreto. Los motivos alegados por los secuestradores para liberarlo fueron sorprendentes: “Te dejamos acá porque hicieron la denuncia y están detrás de nosotros”, le dijeron, antes de soltarlo. Según los investigadores, el empresario fue liberado porque padece una afección cardíaca y sus captores temieron un desenlace fatal.
Frisoni fue secuestrado el viernes, alrededor de las 23, al retirarse de la Sociedad de Fomento Alvear, ubicada en la calle Martínez, entre Matheu y Mitre, de Villa Maipú, partido de San Martín. El empresario fue abordado al menos por tres hombres, a pocas cuadras del club, cuando se dirigía en su Volkswagen Gol hacia su casa, en el cuarto piso del edificio de Triunvirato 5321, de Villa Urquiza, en la Capital Federal.
Poco después del secuestro, los delincuentes se comunicaron con el yerno de Frisoni, Emilio Noia, para exigir 200 mil dólares por su liberación. A las 3 de la mañana del sábado volvieron a comunicarse. Pero el yerno de Frisoni realizó la denuncia en la Capital y tomaron intervención el juez federal Jorge Urso y la División de Delitos Complejos de la Federal, a cargo del comisario Carlos Sablich.
Ayer, a las tres y media de la madrugada, cuando nada hacía prever modificaciones en el caso, Frisoni fue liberado en Campo de Mayo. Según versiones policiales, la familia del empresario no llegó a pagar el rescate. “Te dejamos acá porque tu yerno llamó a la cana y ahora están detrás de nosotros”, le habría dicho uno de los secuestradores, según la misma fuente. Otras versiones señalaban que el pago se había realizado en secreto, aunque no hacían mención de la última cifra acorada. Frisoni, que sufre de problemas cardíacos, fue liberado sano y salvo.
Desde hace casi diez años, el empresario es dueño de la estación de servicio Shell, San Marino Naftas, ubicada en la avenida Presidente Illia 2114, y de una concesionaria de autos usados, en Villa Maipú. Además, es integrante del Foro de Seguridad de la misma localidad. Las pistas seguidas por los investigadores eran dos: por un lado, dos hombres vinculados con el secuestro de un farmacéutico, detenidos la noche del viernes en las inmediaciones del lugar donde fue abordado Frisoni. Ambos fueron detenidos por un control de Gendarmería, en Constituyentes y José María Campos, de San Martín. A los especialistas les resultaba sospechoso que anduvieran por la misma zona y consideraron la posibilidad de que hubieran actuado como apoyo en el secuestro de Frisoni. Ambos eran buscados desde el 3 de julio pasado, por el secuestro del farmacéutico Juan Molina Díaz, en Villa Martelli, por quien exigían 70 mil pesos. Díaz resultó con un balazo en la espalda. La otra pista era la banda que secuestró al estudiante Juan Pablo Anceschi, de Ramos Mejía.