¿Adónde va el turista? Está perfectamente equipado: sus pantalones son de tela gruesa; lleva camisa fuerte, de manga larga; zapatillas, medias gruesas, nada de ojotas. ¿Va a la alta montaña? No. Va a Río de Janeiro, y ese atuendo, sumado a generosas cantidades de repelente de mosquitos, es la precaución que las autoridades sanitarias recomiendan para visitar la ciudad asediada por el dengue. La cantidad de turistas extranjeros bajó por lo menos el 20 por ciento. En los últimos cien días se produjeron más de 75.000 casos de la enfermedad, con más de 80 muertes desde el inicio de la epidemia. Las muertes son generalmente debidas al dengue hemorrágico, que sólo se produce en personas que ya habían sufrido el dengue común; los síntomas de este último suelen limitarse a fiebre con dolores musculares y de cabeza. En la Argentina hay cuatro casos confirmados; tres corresponden a personas que viajaron a países donde circula el virus; uno de ellos podría ser autóctono, en una localidad de Salta próxima a una zona endémica boliviana. Hay unos 22 casos sospechosos, 19 de ellos en Misiones. En cuanto a la región metropolitana, las autoridades sanitarias descartan riesgo de epidemia porque la llegada del otoño cortaría el ciclo reproductivo del mosquito Aedes Aegypti.

“Sí, la epidemia de dengue ha tenido impacto en el flujo de visitantes desde el extranjero –reconoció Marta Suplicy, ministra de Turismo de Brasil–. Bajó sobre todo la llegada de turistas de España, Portugal e Italia; también, aunque menos, de la Argentina.” La Asociación Brasileña de la Industria Hotelera comunicó una caída de casi el 20 por ciento en las reservas, que alcanzan sólo al 45 por ciento de las plazas disponibles.

La Secretaría de Salud de Río de Janeiro precisó que, en los últimos cien días, se registraron por lo menos 75.399 casos de dengue; más de 8000 de ellos se presentaron en la última semana, y 1549 se registraron en las últimas 24 horas. Durante la última semana, los casos fatales llegaron a 82. También se declaró zona epidémica la localidad de Araracuara, 275 kilómetros al noroeste de San Pablo, donde se registran ya más de 600 casos.

Las víctimas fatales se aproximan al total registrado en la epidemia de 2002, la mayor de la historia en Río de Janeiro, que anotó 91 muertes, con un total de 288.245 casos.

Para turistas argentinos “no hay una recomendación oficial de no viajar a Río de Janeiro –señaló Hugo Fernández, director de Prevención de Enfermedades y Riesgos del Ministerio de Salud–; lo que se recomienda es protegerse usando pantalones largos, camisas de manga larga, repelente de insectos, en fin, todo lo que minimice la posibilidad de picaduras de mosquito”.

En la Argentina “hay cuatro casos confirmados de dengue –precisó Fernández–: dos, en Buenos Aires, corresponden a personas que viajaron desde Centroamérica, donde circula el virus; en Córdoba tiene dengue una persona que vino de Río de Janeiro, y otra persona enfermó en Hipólito Yrigoyen, provincia de Salta, en relación con una cantidad de casos verificados en la localidad boliviana de Bermejo, próxima a la frontera. Se halla en estudio, en Misiones, el caso de un chofer que llegó desde Río de Janeiro, y hay un conjunto de personas analizadas por síndromes febriles”.

El Ministerio de Salud de la provincia de Misiones espera los exámenes de laboratorio de 19 casos “sospechosos”. En la provincia de Mendoza, tres personas que estuvieron de vacaciones en Camboriú, Brasil, también están siendo estudiadas por síndromes febriles.

En cuanto a la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, “el descenso de la temperatura propio de esta época hace improbable el desa-rrollo del Aedes; en el norte del país, en cambio, podrían llegar a producirse casos autóctonos, como sucedió en otros años”, afirmó Fernández, quien recordó además que “el año pasado, en esta época, había más de 200 casos en la zona metropolitana; correspondían a gente que había llegado de Paraguay, donde se había producido un brote importante”.