Mar 22.04.2008

SOCIEDAD  › DESAFUERAN Y DETIENEN POR ASESINATO A UN JUEZ DE LA RIOJA

Su ex señoría en problemas

Walther Moreno investigaba el crimen del empresario Jorge Ormeño, ocurrido el 9 de abril en Villa Unión, La Rioja. Pero se descubrió que Moreno le adeudaba un millón de pesos. Dos policías, un ex gendarme y un vecino, imputados. Anoche Moreno fue detenido.

El hallazgo fue en la Zanja de la Viuda, a 300 metros de la ruta nacional 40, a 30 kilómetros de la riojana Villa Unión, camino a Guandacol, casi al límite con San Juan. Allí, el 9 de abril, apareció asesinado en su Ford Ranger gris Jorge Ormeño, conocido empresario unionense del ramo automotor. Las crónicas de aquel momento señalaban que el “empresario habría estado viendo el partido nocturno de Boca y el Atlas de México, y de allí habría salido de su casa alrededor de las 23 a una reunión considerada muy importante. Tomó intervención –citan las crónicas– el juez Walther Moreno”. A Walther Sinesio Moreno se lo conocía más allá de las fronteras riojanas por haber investigado el caso conocido como “de la turista suiza Annagreth Wurgler”. Ahora extendió su fama: quedó imputado y con pedido de captura por el crimen de Ormeño que él mismo investigaba.

Al día siguiente del crimen, Moreno ordenó detener a Edith Casas, a quien acusó de al menos encubrir el crimen. El entonces juez dijo que habían hallado notas anónimas que amenazaban a Ormeño con textos como “Serás mío o de nadie”. Y que en la vivienda de Casas hallaron ropa interior de la víctima. Enseguida comenzó a desparramarse el rumor de que el empresario había salido de la casa respondiendo a un llamado muy importante de negocios.

Moreno, entretanto, demostraba una irrefrenable actitud en pos de la justicia. Se lo llegó a ver trepado a los techos buscando pruebas durante un allanamiento. En la causa ya sumaba tres detenidos, Casas, y dos vendedores ambulantes, Jorge Díaz y Héctor Bernardo, a quienes acusaba de partícipes en el crimen. Los detenidos iniciaron una huelga de hambre porque aseguraban que todo estaba armado.

La primera ruptura en la causa la presentó el fiscal del caso, Alberto Ocampo, quien pidió la desvinculación de su señoría Sinesio por mantener una relación manifiesta con la víctima. El fiscal se guardaba una carta en la manga. Después le siguieron en sus pedidos de recusación Soledad Varas, abogada de Casas, y José Nicolás Azcurra, representante de la familia de Ormeño. Moreno respondió rechazando los pedidos. En público dijo que “es cierto que compré vehículos en su concesionaria, pero es una cuestión puramente formal, ni deudor ni amigo”, sostuvo Moreno.

En realidad, las evidencias lo apuntaban en otro sentido. El as en la manga era la llamada recibida por Ormeño aquella noche. Había sido realizada, según informaron los investigadores, por el propio juez Moreno.

Una semana después del crimen, el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ordenó la suspensión de Walther Sinesio Moreno en su cargo como juez, durante el período de 30 días. Moreno sólo dijo que “es una pena porque la causa se estaba por resolver”.

La causa fue trasladada al juzgado de Alfredo Ramos, juez de instrucción de la localidad de Chilecito, por orden del presidente de la Cámara de Chilecito, Roberto Pagotto, que recibió las recusaciones de Varas, Azcurra y Ocampo. El motivo del apartamiento fue “la gran amistad” entre Moreno y Ormeño y “la condición de deudor de Ormeño”.

Pero una vez suspendido, la causa, como se dice, se allanó. Empezaron a llover pruebas comprometedoras contra Moreno y quedaron comprometidos los policías Mario Alcidez Rodríguez y Omar Narváez, además de un ex gendarme Marcos Barrios y un vecino, Mario Rodríguez.

Finalmente, ayer, el fiscal general de La Rioja, Claudio Ana, informó públicamente que contaba con pruebas que indicaban que Ormeño “se dirigió por la noche a Tribunales, desde donde fue trasladado hacia el lugar donde lo golpearon y le provocaron la muerte, y luego trasladado al lugar donde fue hallado”. Moreno estaba imputado por el crimen. Las sospechas de los investigadores estaban concentradas en un presunto crimen por un millón de pesos, distribuidos en pagarés que estaban, según aseguraron los investigadores, en manos de Ormeño.

Azcurra pidió el desafuero inmediato de Moreno, único modo de habilitar su detención. Ayer, en sesión nocturna extraordinaria, la Legislatura riojana la aprobó. A última hora, Walther Sinesio Moreno era un ex juez prófugo de la Justicia. Un ejército policial rodeaba al Hotel Imperial, donde se alojaba. Un rato antes, lo habían visto salir a comprar una gaseosa. Finalmente, fue detenido.

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