Mar 22.04.2008

SOCIEDAD  › EL SECUESTRO DE ARIEL PERRETTA

Prueba de vida

› Por Raúl Kollmann

La banda que tiene secuestrado a Ariel Perretta volvió a establecer comunicación durante este fin de semana. Como suele suceder, la negociación del rescate lleva inevitablemente a una prueba de vida para descartar que se esté negociando con alguien que no tiene secuestrada a la víctima. Los secuestradores les hicieron llegar a los Perretta dos evidencias. Por un lado, un casete con una grabación realizada por Ariel, en la que menciona el resultado –cinco a cero– del partido entre River Plate y San Martín de Porres, de Perú, el miércoles último. En segundo lugar, una carta manuscrita de Ariel. La llamada indicando la zona donde debía recogerse, en una bolsa de nylon, el casete y la carta, fue hecha desde el exterior del país.

Según señala la agencia Télam, la bolsa de nylon fue dejada junto a un árbol en la zona de Villa Madero, muy cerca de donde viven los Perretta y también del lugar donde se produjo el secuestro. Supuestamente, a partir de la prueba de vida se acelerarían las negociaciones, aunque el punto de partida planteado por los secuestradores, tres millones de dólares, no tiene que ver, ni por asomo, con la capacidad económica de los Perretta.

Por la forma en que actuó, los dos autos que se usaron para el secuestro y la lentitud y paciencia que evidencia en la negociación, todo indica que se trata de una banda experimentada. Eso llevó al fiscal Marcelo Fernández a buscar antecedentes en los dos últimos secuestros de envergadura, el de Hernán Ianone, en 2006, y el de Franco Andreola en 2007. El actual subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad bonaerense, Paul Starc, actuó en el primer caso, de manera que conoce el expediente al dedillo. Hoy en día, la causa está en manos del fiscal Jorge Sica, a quien le pidieron copia de lo actuado y, sobre todo, de las grabaciones para hacer un cotejo de las voces. El caso Andreola estuvo a cargo del fiscal Federico Delgado y el juez Ariel Lijo. Ya la semana pasada, el fiscal del caso Perretta pidió ese expediente.

Durante los doce días transcurridos desde el secuestro, se produjeron diez detenciones y dos jóvenes, los hermanos Sergio y Bruno Coviello, recuperaron la libertad. La madre de ambos, en cambio, sigue detenida. La hipótesis que llevó a estas detenciones tiene que ver con una supuesta rivalidad entre los Perretta y los Coviello y algunos elementos que hacen creer al fiscal que algún integrante de esa familia está vinculado con el secuestro. Los hermanos Coviello niegan categóricamente que hubiera conflicto con los Perretta y mucho menos que exista relación con el secuestro de Ariel.

El dato alentador para la familia de Ariel es que en los casos Ianone y Andreola los cautivos fueron bien tratados y terminaron liberados por la banda. El dato de-salentador es que el rescate se pagó y no hubo detenciones de importancia, sólo un sujeto que actuaba como una especie de satélite de la banda, relacionado con los celulares que se usaron en el secuestro de Andreola.

En el casete, Ariel menciona el resultado del partido de River y el objetivo de la banda fue que sus padres escucharan que el joven, al menos por la voz, da la impresión de estar en buenas condiciones. La carta, en cambio, está referida a los teléfonos que se usarán en la negociación y en el momento del pago del rescate.

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