SOCIEDAD
› UNA CHICA LIBERADA POR LA POLICIA
Un secuestro fugaz
Una chica de 13 años, hija del dueño de una empresa metalúrgica del partido de San Martín, fue secuestrada ayer a la mañana, cuando llegaba a la escuela, en José León Suárez, y liberada una hora después por la policía, sana y salva, sin que se pagaran los 70 mil dólares de rescate que habían pedido los delincuentes. Dos de los secuestradores fueron apresados durante el operativo.
Según informaron fuentes policiales, la adolescente secuestrada es hija del dueño de una empresa de fundición de metales. El hecho se produjo ayer, pasadas las 7.45, cuando la chica, acompañada de su hermano, llegaba a la escuela número 49, situada en Sáenz Peña y Mitre, de José León Suárez. De acuerdo con la investigación, la alumna fue interceptada por dos hombres armados, uno de ellos encapuchado, que habían bajado de un automóvil Dodge 1500, de color negro.
Los delincuentes arrebataron a la estudiante, la subieron por la fuerza al vehículo y se la llevaron a una vivienda precaria de la villa Lanzone, donde la ataron y le vendaron los ojos. Luego, los delincuentes llamaron al padre de la adolescente desde un teléfono público y le exigieron 70 mil dólares como rescate para liberarla sana y salva.
Mientras tanto, ante la denuncia de un vecino que vio el secuestro, la policía empezó a investigar el caso y detectó que la chica estaba secuestrada en la villa Lanzone. Al allanar una vivienda de ese barrio precario, personal de la Departamental San Martín rescató a la menor secuestrada, detuvo a dos de los secuestradores e incautó el Dodge 1500 y un arma.
“Es increíble que en esta casa hubiera una chica secuestrada. Allí vive una chica con su hijita desde hace cuatro años y siempre fueron muy buenos”, dijo una vecina del barrio que prefirió no identificarse, sorprendida por el procedimiento policial que derivó en la detención de los secuestra-dores.
Los investigadores, encabezados por el juez federal de San Martín Alberto Suárez Araujo, creen que se trató de un secuestro planificado.
El hecho se produjo en medio de una ola de hechos similares en los que las víctimas son adolescentes, hijos de empresarios. Fue el caso de Diego Peralta –secuestrado el 5 de julio pasado, en El Jagüel– quien fue asesinado por sus captores; el de Diego Bernardotti, el 22 de agosto, en San Pedro, y Juan Pablo Ansechi, el 28 de agosto, en Ramos Mejía. Los dos últimos fueron liberados.