SOCIEDAD › DOS POLICíAS Y UN CIVIL, CONDENADOS POR LA MUERTE DE UN JOVEN EN LONGCHAMPS
Un tribunal condenó a un policía federal y otro bonaerense, además de a un civil, por el asesinato de Nahuel Iraizos durante el ataque a la maderera de su padre. La familia denunció que el móvil fue político y consideró exiguos los montos de las penas.
Nahuel Iraizoz fue asesinado por un policía federal cuando intentó repeler un ataque a la maderera de su padre, en Longchamps. Los que intentaron asaltar el lugar eran otro policía de la Bonaerense y un civil. Los tres fueron condenados ayer por un tribunal oral de Lomas de Zamora, en un fallo que fue rechazado por los familiares de la víctima, quienes consideraron exiguos los montos de las penas: el homicida fue condenado a 14 años de prisión mientras que el bonaerense recibió 5 años y medio y el civil, un ex convicto, 12 años de prisión.
Las condenas recayeron sobre el ex policía Alejandro Etchechurry, responsable de “homicidio simple”. El ex policía bonaerense Víctor Hugo Sierra recibió una sanción de 5 años y medio por el delito de “tentativa de robo seguido de muerte”, y el civil Irineo Rojas fue condenado a 12 años por la tentativa de robo a la maderera.
La audiencia, convocada a las diez, empezó pasadas las 11, cuando el tribunal leyó rápidamente la sentencia. Marta Doldán, madre del joven asesinado, oyó de pie la lectura del veredicto, mientras que su marido lo hacía desde el lugar asignado para la querella.
Ya fuera de la sala, la madre protestó: “El tribunal ha dado un fallo ejemplificador: es apología del delito, que sigan las víctimas en manos de los delincuentes”. “Devuélvanle a Etchechurry el chaleco antibalas y la (pistola) Glock para que siga matando”, agregó, mientras el técnico textil Juan Carlos Blumberg, que se había acercado al tribunal para apoyar a la familia Iraizos, se retiraba con una carpeta bajo el brazo. Entre los asistentes estuvieron Marta Canillas e Isabel Yaconis, representando a la Asociación Madres del Dolor.
Al finalizar la lectura del veredicto, una de las hermanas de Nahuel sufrió una crisis de nervios, mientras que la otra gritó fuera de sí al tribunal: “Ojalá reciban un tiro en la cabeza de cada uno de sus hijos, a ver si aprenden, cobardes”.
Hugo Iraizoz, padre del joven asesinado, dijo que continuarán “peleando” para que se haga justicia y acusó al tribunal de haber tenido falencias en el desarrollo del juicio. “Fíjense lo perverso que es esto: que a un simple ladrón, como dicen ellos, Irineo Rojas, le dan 12 años y al asesino del poder, íntimo amigo de la mafia, le dan 14 años”, dijo Hugo Iraizoz.
El juicio estuvo a cargo del Tribunal Oral Criminal Nº 9, integrado por los jueces Victoria Balvé, Darío Beluchi y Juan Manuel Rial. Según se determinó durante las audiencias, el crimen ocurrió en la mañana del 14 de agosto de 2004, cuando Rojas, un ex preso que tenía libertad condicional, entró a robar la maderera de la familia Iraizos, mientras el cabo del Comando de Patrullas de Lomas de Zamora Sierra se quedó en la puerta como campana. Apenas habían pasado unos minutos desde la apertura del local, ubicado en Hipólito Yrigoyen al 17.500. El padre de la víctima declaró que aquella mañana él estaba en su oficina y vio a su hijo amenazado por un hombre que le puso un arma en la cabeza. “Yo agarré el arma que tengo en mi escritorio y de la que soy legítimo portador y, cuando el supuesto ladrón me vio, directamente tiró a matarme. Nos trenzamos en lucha los tres y así con Nahuel lo redujimos y lo desarmamos. Pidió que no le tiremos porque afuera tenía dos hombres más con él”, declaró en el primer día de debate.
Entonces Nahuel tomó el arma de Rojas y salió a buscar ayuda. De repente, el cabo Sierra le pidió que se detuviera “sin que Nahuel llegara a enterarse de que era policía, y cuando le apuntó, entonces él (por Nahuel) disparó”, contó el padre. El joven baleó las piernas del cabo y lo dejó con discapacidad motriz. Entonces, el policía federal (retirado) Etchechurry, “quien llamativamente llevaba un chaleco antibalas”, apareció en el lugar y “tiró directamente a la cabeza de Nahuel”, recordó Iraizoz. El federal declaró que pensó que el muchacho era un delincuente, dado que el bonaerense la decía “alto, alto” y el joven tenía un arma en la mano. Nahuel agonizó durante once días y murió el 25 de agosto.
La querella anticipó que en los próximos 20 días apelará la sentencia. “Nosotros sosteníamos desde el principio que no era un caso de tentativa de robo, sino que Rojas era un sicario pagado para matar a Hugo Iraizoz y le salió mal. Y los otros dos imputados estaban afuera esperando a Rojas para ayudarlo o matarlo después del encargo”, explicó a Página/12 Oscar Salvadores, abogado de los Iraizoz. Y agregó que “sostener que Rojas entró a robar y que los otros dos estaban ahí de casualidad no resiste ningún análisis judicial”. “No estaban ahí para robar”, dijo el abogado.
El letrado había solicitado para Etchechurry la prisión perpetua por “homicidio calificado”; 14 años y medio para Rojas por tentativa de homicidio agravado, y 15 años para Sierra por cómplice.
Hugo Iraizoz, padre de Nahuel, preside una organización que promueve la secesión de las localidades de Longchamps, Glew y Ministro Rivadavia del partido de Almirante Brown. Sostiene que se trató de un intento de asesinarlo a él por sus proyectos separatistas. Por eso, la familia afirma que el móvil del homicidio es político.
“Este fallo es una vergüenza. Hay un exceso de proteccionismo de los jueces hacia los asesinos”, opinaba ante Página/12 el padre del joven asesinado, en la entrada del tribunal, donde una bandera de unos diez metros con la frase “justicia por las víctimas” había sido colgaba antes del inicio de la audiencia por Amancay y Anahí, hermanas del joven asesinado.
Informe: Esteban Vera.
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