Sáb 21.09.2002

SOCIEDAD  › EL FISCAL PIDIO DETENER A 12 EFECTIVOS POR EL CASO DEL RIACHUELO

Un policía se quebró y contó todo

Ante el fiscal, un agente de la 34ª relató cómo detuvieron a los chicos y los tiraron al agua. Pedido de imputación a 12 policías.

› Por Carlos Rodríguez

En su declaración testimonial ante el fiscal de la causa, Marcelo Romá, uno de los policías puestos en disponibilidad por la desaparición de Ezequiel Demonty confirmó anoche la versión aportada a la Justicia por los dos chicos que sobrevivieron al dramático chapuzón en el Riachuelo. “Uno de los policías hizo un relato de los hechos muy similar a lo que dijeron las otras dos víctimas”, confirmó a Página/12 una fuente judicial. Ante la contundencia del mea culpa, el fiscal solicitó a la jueza María Cristina Bértola la inmediata detención y que se les tome declaración indagatoria, como imputados, a los 12 policías de la Comisaría 34ª suspendidos en el servicio, pero que hasta ahora no estaban acusados formalmente en la investigación judicial. Ayer continuaron, sin ningún resultado, las tareas de los buzos tendientes a encontrar el cuerpo de Ezequiel, mientras sus familiares y amigos realizaron una nueva marcha de protesta por las calles del Barrio Illia, en la zona sur de la Capital Federal.
Las fuentes judiciales confirmaron que uno de los policías “virtualmente se quebró” y contó buena parte de lo sucedido, desde el momento en que los chicos fueron detenidos por los policías en la esquina del pasaje La Constancia y la avenida Cruz, en el Barrio Illia, ubicado en el límite entre Pompeya y Villa Soldati. Con posterioridad los llevaron hasta la orilla del Riachuelo, a una cuadra del Puente Alsina, donde los obligaron a arrojarse a las sucias aguas. Ezequiel nunca llegó a la orilla.
Al margen de la confesión de uno de los uniformados, el fiscal Romá realizó ayer una serie de actividades que permitieron sumar pruebas en contra de los 12 agentes de la Comisaría 34ª. Un médico forense, acompañado por Romá, hizo un examen y comprobó las lesiones que presentan los chicos de 14 y 16 años que acompañaban a Ezequiel, de 19 años, la noche en que ocurrieron los hechos. Uno de los adolescentes presenta golpes visibles en la espalda y en el rostro (tiene el labio partido) y el otro tiene traumatismos en la cabeza y en la cara.
Los golpes –puñetazos y puntapiés cuando ambos estaban en el suelo– se produjeron durante la detención en el Barrio Illia, cuando todavía Ezequiel no había desaparecido. “Mientras los golpeaban en ningún momento les hicieron acusación alguna; les pegaron por pegarles y nada más”, dijo a este diario una fuente que estuvo en contacto directo con los dos chicos. Ambos están “muy asustados”, explicó el vocero. El policía que declaró ayer ante la jueza Bértola hizo un relato “que parece confirmar todo lo que habían relatado antes los dos testigos y por eso el fiscal pidió la inmediata detención de los 12 policías”, dijo una fuente de la investigación que fue consultada por este diario.
Romá les tomó declaración testimonial a tres de los policías. Dos de ellos aseguraron que no había existido “ningún procedimiento”, pero el tercero sí admitió la existencia del operativo, en la noche del viernes 13 de setiembre. El uniformado admitió no sólo el operativo en el Barrio Illia, frente a una remisería, sino también el posterior traslado de los tres chicos hasta la orilla del Riachuelo. Tal como declararon los dos testigos de cargo, el policía admitió que se movilizaban en tres patrulleros. Al parecer, el agente que se quebró dijo que él iba en un cuarto patrullero que sólo realizó “tareas de apoyo”. De todos modos, fue testigo presencial de todo lo que ocurrió esa noche.
Los familiares, amigos y vecinos de Ezequiel Demonty volvieron a marchar ayer para pedir la “aparición con vida” del joven, una demanda que parece recordar épocas que muchos creían superadas en la Argentina. Unas 800 personas recorrieron las calles del Barrio Illia, donde vive la familia de Ezequiel. La manifestación fue encabezada por Dolores, la madre del joven, y por Rodolfo Suárez, el padrastro. “Volvemos a marchar para que pueda haber una rápida respuesta y poner fin a tanta angustia, no sólo a sus padres sino de toda la sociedad”, dijo el defensor adjunto de la Ciudad deBuenos Aires, Gustavo Lesbegueris, quien expresó su reconocimiento a la tarea que viene desarrollando el fiscal Romá.

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