Vie 30.05.2008

SOCIEDAD  › UNA UNIVERSIDAD CAMBIO EL NOMBRE EN SUS REGISTROS DE UNA ALUMNA TRANS

La identidad de los claustros

Una alumna trans de la Universidad de La Plata ya no figurará con el nombre que no la representa: desde ahora será designada como Claudia Vásquez Haro. Así figurará también en el título.

› Por Pedro Lipcovich

Por primera vez en una universidad pública argentina, una alumna trans obtuvo el derecho a ser designada por su nombre de mujer. La decisión fue tomada por el Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata. La propuesta, aprobada por unanimidad, surgió de la Secretaría de Derechos Humanos de esa facultad. La alumna, que cursa el cuarto año de la carrera, a su vez imparte cursos sobre diversidad sexual. En diálogo con PáginaI12, Claudia Vásquez Haro –tal el nombre femenino de la alumna– reclamó ser identificada como trans: rechazó la identificación como “travesti”, ya que “nuestra identidad no se define por ‘vestirse con ropa del sexo contrario’”, pero también la noción de “transexualidad”, en tanto “responde a un discurso biologicista” y porque “las operaciones llamadas de reasignación no son realmente un cambio de sexo, sino, en todo caso, cirugía estética”.

“En nuestro listado académico, la alumna Claudia Vásquez Haro aparecerá con este nombre, que indica su identidad de género”, precisó Jorge Jaunarena, secretario de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. “La alumna, con toda razón, se sentía discriminada al ser llamada por un nombre que no corresponde a su identidad de género, en razón de pautas administrativas pensadas para las mayorías sin tener en cuenta a las minorías”, explicó.

Además, “el Consejo Académico aprobó enviar al Consejo Superior de la Universidad de La Plata un pedido para que en todas las facultades se adopte el mismo criterio”, contó Jaunarena.

La alumna figurará con su nombre femenino “en todos los listados académicos y actas de exámenes”, aseguró Jaunarena, y aclaró que “desde luego, cuando se reciba, el diploma deberá hacerse con el nombre que figure en su DNI”.

Claudia Vásquez Haro vinculó la decisión con que “nuestra facultad es la única de La Plata que tiene una secretaría de derechos humanos. Por mi parte soy la primera trans en la historia de la Facultad, y mi presencia ha generado un cambio cultural al que las reglamentaciones deben acompañar. Todo esto cuestiona el estigma que sitúa a las personas trans sólo en la prostitución callejera o, a lo sumo, en actividades ligadas con el espectáculo”.

Vásquez Haro reclama para sí la designación trans: “No somos ‘travestis’, definición que, según el diccionario de la Academia Española, concierne a quienes ‘se disfrazan con ropa del sexo contrario’. Tampoco se trata de ‘transexualidad’, que en verdad corresponde a un discurso biologista, para el cual seríamos personas cuyo género está en discordancia con su sexo biológico; esta noción de discordancia implica ya la idea de enfermedad o anomalía”.

La noción de trans procura ubicarse “en el orden de los patrones culturales, en una dimensión antropológica para la cual las identidades se construyen: Simone de Beauvoir, en El segundo sexo, planteó que la mujer no nace, sino que se hace; yo construyo mi identidad en oposición a lo que no soy, en mi quehacer cotidiano”, sostuvo Vásquez Haro, quien a su vez dicta clases sobre diversidad sexual, étnica y cultural en la Secretaría de Derechos Humanos de su facultad.

De acuerdo con este criterio, “las operaciones de ‘cambio de sexo’ no son más que cirugías estéticas: ninguna operación transforma a un hombre en mujer en términos biológicos; la mayoría de las personas que se operan lo hacen desde el ideal de una tal modificación biológica, que es imposible. En cambio –puntualizó– una mujer trans es aquella que construyó como tal su identidad, en términos que no pueden reducirse a la genitalidad”.

–¿Y cuando la operación de “reasignación de sexo” se efectúa sobre una persona menor de edad, como sucedió en el caso de “Nati”, en Córdoba?

–Hacerle una operación de este tipo a una persona menor de edad es imponerle algo cuando todavía no está en condiciones de decidir por sí misma. Es lo mismo que sucedió muchas veces con las personas intersex, que fueron mutiladas por médicos en función de un discurso biologista para el que solamente hay dos opciones, varón o mujer –contestó Vásquez Haro.

Claudia Vásquez Haro está en cuarto año de la carrera de Periodismo: “me falta un año para recibirme”. Es peruana y vive desde hace ocho años en la Argentina. Respecto de la situación a nivel nacional, advierte que “en la mayoría de las provincias persisten edictos y códigos de faltas, anteriores a la democracia, que criminalizan la identidad trans; una persona que va con ropa ‘no adecuada a su sexo’ suele ser detenida. Y muchas chicas trans fueron asesinadas, especialmente en Salta y otras provincias del norte, y también en la provincia de Santa Fe”.

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