Dom 08.06.2008

SOCIEDAD  › SU DEFENSORA APELARA ESTA SEMANA LA EXTENSION DE PRISION

Robledo Puch busca ser libre

El juez Cámpora ordenó que siga preso después de 36 años por su peligrosidad. Forenses y psiquiatras coinciden, pero no se puede tener preso a alguien indefinidamente. Una solución es el neuropsiquiátrico.

La defensora oficial Patricia Colombo apelará en los próximos días la decisión de la Justicia de negarle la libertad a Carlos Eduardo Robledo Puch. Eso obligará a la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de San Isidro a tomar una resolución casi definitiva respecto del asesino múltiple de Villa Adelina. Psiquiatras y criminalistas coinciden con el fallo que esta semana emitió el juez Duilio Cámpora, al menos en un aspecto: Robledo sigue siendo peligroso y en libertad se correría el riesgo de que vuelva a matar. “No es lo mismo Ricardo Barreda que Robledo Puch –analiza el psiquiatra forense Mariano Castex–. El odontólogo, que mató a su familia, perpetró un asesinato múltiple, en una ocasión puntual y como producto de un brote psico-emotivo. Robledo Puch, en cambio, fue un homicida serial, que cometió asesinatos a lo largo del tiempo y con frialdad. Eso sí, en estos 36 años el Estado no hizo nada. Lo declaró sano y por lo tanto no le dio ningún tratamiento adecuado. Por lo tanto está igual o mucho peor que antes. Y ahora el Estado no va a dar marcha atrás. Seguirá dejándolo donde está, en la cárcel, porque saben que es peligroso.”

En el fallo de esta semana, el juez Cámpora deja claro que una persona condenada a reclusión perpetua no tiene una fecha concreta en que se le venza la pena. Si existiera el plazo, Robledo Puch ya lo tendría totalmente cumplido porque lleva en la cárcel más de 36 años. Como la Constitución dice que las cárceles son para reeducar, se entiende que las personas en algún momento deben volver a la sociedad, incluso si fueron condenadas a reclusión perpetua. Sin embargo, el magistrado afirma que ese momento de reinsertar al condenado es cuando tiene derecho a pedir la libertad –unos 25 años en el código que regía en la época de los crímenes de Robledo– y para ello se requiere que cumpla con las condiciones que se fijan para esa libertad condicional. El juez Cámpora afirma que, de acuerdo a los informes, Robledo Puch nunca tuvo voluntad de estudiar nada en la cárcel, nunca trabajó ni aprendió un oficio y, además, los informes psiquiátricos son negativos, lo que hace que no cumpla con los requisitos de la libertad condicional. La decisión de Cámpora es que a Robledo Puch se le hagan nuevos estudios psicológicos y, tácitamente, le dice a los psiquiatras que si para mejorar necesita un tratamiento, que se lo hagan. Traducido: esto significa que dentro de un tiempo, seguramente un año, le informarán que las cosas siguen de la misma manera y en ese caso el juez volverá a denegar la libertad.

Sobre la peligrosidad de Robledo Puch realiza algunas precisiones el doctor en Criminalística, Raúl Torre, quien en su momento investigó los crímenes del asesino serial. “Fue condenado por once homicidios, pero todo indica que fueron cerca de 20, porque hubo casos en que el accionar fue idéntico, pero no se pudieron juntar las pruebas contra él. Al mismo tiempo, se lo condenó por una violación, y a nosotros nos pareció en aquel momento que quien violaba era su cómplice, Jorge Antonio Ibáñez. En concreto, hay dos violaciones y una tentativa. Una mujer de apellido Bianchi es la única que sobrevive y dice que Robledo Puch no fue el autor de la violación, pero las que le imputan a él, la de una prostituta, Higinia Rodríguez y la tentativa contra una modelo Ana María Di Nardo, con muy pocos días de diferencia y en la zona de Pilar, terminaron con la muerte de las dos mujeres. Insisto, la impresión que tuvimos nosotros en aquel momento es que el violador fue Ibáñez. Hay un dato curioso: Robledo Puch tenía una novia en Villa Celina, antes de terminar preso, o sea con menos de 20 años, y él dice que nunca mantuvo una relación sexual con una mujer. Por supuesto, hubo psiquiatras que opinaron que sus reiterados asesinatos por placer tenían alguna relación con su disfunción sexual.” Tal como lo relató un preso la semana pasada en PáginaI12, después del motín de Sierra Chica, en el que fue violado reiteradamente, Robledo Puch pasó a prestarle favores sexuales a varios de los presos más pesados del penal.

Para el doctor Osvaldo Raffo, que fue perito psiquiatra en el expediente original, “es cierto que Robledo Puch cumplió con su compromiso con la sociedad, pero es un psicópata perverso y sigue siendo muy peligroso. No se adapta a la vida social, no modificó nada en la cárcel. ¿Quién es el perito que es capaz de firmar un dictamen de que ha cesado su peligrosidad? Nadie. Tampoco veo la estrategia de profundizar los tratamientos. Yo considero que no es un enfermo. Tuvo episodios que, como mínimo, me gustaría ver en qué terminaron. Por ejemplo, en 2001, tuvo un brote psicótico, según parece. Se consideró Batman y provocó el incendio de un taller. Fue internado en el Borda, pero no sé a raíz de qué diagnóstico salió de allí y volvió a la cárcel. De todas maneras, creo que lo mejor es que se quede en Sierra Chica, que hoy es casi su ambiente natural. Afuera es peligroso, lo reitero”.

Mariano Castex tiene una mirada muy crítica con respecto al Estado y la sociedad. “Hay una contradicción insalvable. Hace 36 años, cuando cometió los crímenes, se dijo que era sano. Por supuesto que no le hicieron ningún tratamiento, porque lo que dicen que le ofrecieron para trabajar o estudiar es un engaño. Yo diría que las cosas son al revés: justamente porque no lo trataron es que nunca trabajó ni estudió en el penal. Lo correcto hubiera sido hace 36 años que lo declararan un enfermo, que en lugar de la cárcel se lo internara en un medio hospitalario, y tal vez, sólo tal vez, las cosas podrían haber sido distintas. Hoy por hoy está con la misma peligrosidad. Es cierto que a nivel internacional la curación de casos como éste casi no existen, pero valía la pena haberlo intentado. El Estado ahora no va a dar marcha atrás. Lo dejará ahí en Sierra Chica, donde está.”

Para Daniel Silva, también psiquiatra forense, lo que hay que determinar es el estado mental actual, su nivel de alienación. “Es cierto que a nivel internacional no hay cura para los psicópatas perversos. En algunos lugares los internan, en otros los dejan en la cárcel de por vida, y como ya se sabe, en Estados Unidos, a muchos les aplican la pena de muerte. Mi opinión es que este hombre siempre estuvo enfermo y yo creo que debió ser declarado inimputable. Mi posición es que debe tomarse una medida de seguridad internatoria, o sea que no hay razones para que siga preso, pero sí para que se lo interne compulsivamente en un psiquiátrico.” La cuestión se va a volver a plantear en las próximas semanas. La defensora oficial, Patricia Colombo va a apelar y los dos jueces de la Sala I de la Cámara de San Isidro, Oscar Quintana y Ernesto García Maañón, tendrán que definir si Robledo Puch sale o se queda en Sierra Chica. Si entre ellos hay desacuerdo, se sorteará otro juez de las otras dos salas de San Isidro. De todas maneras, el rumor más extendido es que Quintana y García Maañón van a confirmar lo dicho por Cámpora y Robledo Puch seguirá en su celda de Sierra Chica.

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