SOCIEDAD › TRECE AñOS DE CáRCEL, POR HOMICIDIO, PARA UN EX COMISARIO QUE PERSEGUíA A JóVENES EN FIORITO
Un Tribunal Oral de Lomas de Zamora consideró probado que el ex policía fue autor del homicidio de Matías Barzola, un chico de 17 años. Estaba retirado de la Bonaerense, pero seguía trabajando en seguridad estatal para el municipio de Ezeiza.
En un fallo unánime, un Tribunal Oral de Lomas de Zamora condenó a trece años de prisión al ex comisario de la Bonaerense José Antonio Peloso, quien se había hecho conocido en Villa Fiorito como el “Mataguachos”, al considerarlo culpable del asesinato de Matías Barzola, un chico del barrio, de 17 años. La pena coincidió con el pedido que realizó el fiscal José Luis Michelini en su alegato, y fue mucho menor que la solicitada por la querella, que habría pedido prisión perpetua. “Sin embargo, la condena es importante porque ya no es la familia Barzola la que dice que Peloso mató a Matías, sino que es el Estado argentino, el mismo para el que Peloso trabajaba, el que lo afirma”, destacó María del Carmen Verdú, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), una de las querellantes. Matías fue asesinado el 3 de junio de 2003, cuando recibió un tiro en la cabeza mientras estaba parado en una esquina de su barrio. Ahora, cinco años después, su mamá, María Estela Velásquez, consideró que el fallo fue “bastante prudencial y suficiente para no dejar que el asesinato de un ser querido quede impune”.
“¡En Fiorito ya no te tenemos miedo, Peloso!”, gritó la madre tras escuchar, ayer a la mañana, el veredicto. Los jueces Rodolfo Lanza, Guillermo Rolón y Fernando Bueno, del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, consideraron a Peloso –ex comisario de la seccional 5ª de Villa Fiorito– “autor plenamente responsable del delito de homicidio simple” del joven. Para los magistrados, quedó probado que fue Peloso quien, desde su auto, disparó el tiro que mató al chico.
Para llegar a la condena, fue clave el testimonio de un amigo del chico asesinado, Fabián “El Cuni” Segovia, único testigo presencial del hecho. Era la carta fuerte de la querella, porque en una de las audiencias el testigo reconoció a Peloso como el autor del disparo. “Si bien tenía mucho miedo, no dudó en pararse y señalar a Peloso cuando, al momento de prestar declaración, se le preguntó si el asesino se encontraba entre los presentes”, relató Verdú. Pese a esa contundencia, la abogada dudaba de que su testimonio fuera creído por el tribunal y el acusado terminara absuelto, como había pedido la defensa.
La noche del 3 de julio de 2003, Matías había salido de su casa acompañado de El Cuni y de Lucas Román, otro amigo. A partir del testimonio de ambos, sumado al de otras dos personas que observaron lo sucedido a la distancia, se pudo reconstruir que luego de dar un par de vueltas por el barrio, los tres jóvenes tomaron por la calle Recondo, una de las principales de Fiorito. En un momento, Lucas se detuvo a pedirle fuego a un vendedor ambulante, mientras que Matías y El Cuni siguieron avanzando. Al llegar a la esquina de Recondo y Unamuno, éste cruzó de vereda para comprar una gaseosa y Matías quedó solo. Fue en ese momento que se escuchó un fuerte disparo. Cuni, que estaba de espaldas a su amigo, se dio vuelta y vio cómo el auto de Peloso se alejaba, ocupado sólo por el ex policía. Inmediatamente después vio a su amigo tirado en el suelo.
La versión de Segovia fue respaldada por la de su ex novia Andrea Brandán y por Mónica Olmedo, mamá de Jonathan Sosa, un chico al que el “mataguachos” había herido de un disparo en la pierna, en otro hecho ocurrido en febrero pasado. Según dijo la mujer, fue el ex policía quien le aseguró que se había “equivocado de negrito” porque “en realidad, buscaba a Barzolita”.
Peloso se había hecho célebre en el barrio por perseguir a los jóvenes a quienes él consideraba que podrían estar vinculados con algún delito. Aunque se había retirado en 2001, para Verdú “se trató de un claro caso de violencia policial”, porque el acusado seguía trabajando para esa fuerza patrullando calles en el partido bonaerense de Ezeiza, en el marco del programa Tolerancia Cero que había implementado el intendente Alejandro Granados.
Además de la familia Barzola, el fallo condenatorio fue escuchado y festejado por vecinos del barrio y familiares de chicos que también fueron víctimas de gatillo fácil. Es el caso de los padres de Rodrigo Corzo, muerto en 2003 por un disparo en la espalda; la mamá de Jorge “Chaco” González, asesinado a golpes por otros dos agentes en la comisaría 5ª de Fiorito; y la mamá de Diego Gallardo, que también murió por las torturas que recibió en la comisaría 3ª de Dock Sud, en Avellaneda. “Se hizo justicia, Matías. Al fin se hizo justicia por vos”, exclamó su hermana, Susana Barzola.
Informe: Ailín Bullentini.
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