Tres hombres disfrazados de operarios, con cascos y mamelucos de trabajo, tomaron ayer por asalto las oficinas de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, en el quinto piso de Alsina 1586, a una cuadra del Departamento Central de Policía. Luego de privar de la libertad a unas 12 personas, sólo pudieron llevarse algunos pocos objetos personales, dado que en el lugar no había dinero en efectivo. Uno de los empleados logró comunicarse con un amigo por medio del celular –le envió un mensaje de texto– y esa persona, a su vez, dio aviso a la policía, que logró detener a dos de los frustrados ladrones. De los tres, uno trató de escapar por las escaleras y fue rápidamente detenido, mientras que los otros dos huyeron con riesgo personal por una ventana, saltaron a una terraza y se deslizaron como gatos hacia la calle. Uno pudo escapar y el otro fue detenido con parte de los objetos robados. “Fue un intento de robo común y corriente. No hubo esta vez ninguna finalidad política”, aclararon a PáginaI12 Hebe Bonafini y el abogado Sergio Schoklender.

“En el lugar trabajan 16 personas, pero a la hora en que ocurrió el hecho (cerca de las 9.30 de ayer), había sólo doce empleados. Como no había dinero, los ladrones comenzaron a robarles los objetos personales a las personas que estaban en la oficina. Uno de ellos, sin que lo vieran, le envió un mensaje de texto a un abogado amigo y después arrojó el celular a un tacho de basura”, relató Schoklender a este diario. Los ladrones estaban vestidos con ropas de trabajo, como si fueran operarios de las obras de construcción de viviendas que vienen realizando las Madres, con fondos públicos, en distintos barrios porteños.

Con ese ardid lograron entrar en la oficina del quinto piso y una vez adentro sacaron armas y amenazaron a todos los presentes. A falta de dinero efectivo, resolvieron quitarles los objetos de valor a los presentes. Les robaron anillos, relojes y celulares, entre otras cosas. Luego maniataron con cinta de embalar a cada uno de los empleados y los encerraron en una habitación. Mientras tanto, un abogado que estaba fuera de la fundación recibió el mensaje de texto y dio aviso a la policía, que ingresó en el edificio pocos minutos después.

Al advertir la presencia de policías –intervino la seccional 6ª–, los tres ladrones trataron de escapar. Uno de ellos intentó bajar por las escaleras, pero fue detenido de inmediato. Los otros dos saltaron desde una ventana del quinto piso a una terraza cercana y llegaron a la calle deslizándose por los techos de los edificios vecinos. “Saltaron por una ventana de la cocina y bajaron, como gatos, por un caño (de desagüe), con riesgo para sus vidas, porque pudieron haberse caído desde un quinto piso”, explicó el jefe de prensa de la Federal, comisario Néstor Rodríguez. Uno de los ladrones escapó y el otro fue detenido en la esquina de Moreno y Virrey Ceballos, en la esquina del Departamento Central. Le secuestraron un arma de fuego.

El caso fue calificado como “‘tentativa de robo a mano armada con privación ilegal de la libertad’, dado que no llegó a ser una toma de rehenes”, sostuvo el vocero policial. El comisario Rodríguez aseguró que los ladrones “no lograron llevarse ninguno de los objetos robados”. En ese sentido, el abogado Sergio Schoklender dijo que los empleados “pudieron recuperar casi todo, porque uno de los ladrones detenidos llevaba los objetos en una mochila que fue encontrada en la escalera” del edificio.

Hebe Bonafini, consultada por este diario, coincidió en que “esta vez no hubo un móvil político”, aludiendo a los reiterados casos de robos, ocurridos en la casa de las Madres de Plaza de Mayo o en su vivienda particular, en la ciudad de La Plata, que terminaron con destrozos, amenazas y pintadas reivindicatorias de la dictadura militar.