Los jueces del Tribunal Oral 1 de Morón rechazaron el planteo de nulidad del juicio presentado por la defensa del cura Julio César Grassi. En consecuencia, seguirá adelante el debate oral por abuso deshonesto y corrupción de menores en el que Grassi es el único imputado. En el segundo día de debate, sin público ni prensa, los integrantes del tribunal sostuvieron que el sacerdote pudo ejercer sin trabas su derecho a la defensa en juicio y consideraron válidos los términos de la acusación formulada en su contra por “Luis”, uno de los tres chicos que denunciaron a Grassi. La acusación es por haberlos obligado a realizar 17 actos sexuales en contra de su voluntad “mediante fuerza y abuso intimidatorio de la relación de autoridad” que ejercía Grassi en la Fundación Felices los Niños, donde ocurrieron los hechos que se investigan. El rechazo al planteo fue confirmado a PáginaI12 por Daniel Cavo, uno de los defensores de Grassi. El abogado anticipó que Grassi “está dispuesto a declarar” ante los jueces “cuando llegue el momento”. La indagatoria podría ocurrir el lunes o el martes de la semana próxima.

“Grassi había puesto toda la carne al asador cuando pidió la nulidad, pero los jueces le rechazaron todos los argumentos”, comentó a este diario el abogado querellante Juan Pablo Gallego, que representa al Comité de Seguimiento sobre los Derechos del Niño. El de ayer fue un mal día para Grassi, que fue desautorizado por fuentes de la Iglesia Católica. “Es una afirmación que corre por su cuenta”, declaró a la prensa el vocero de la Conferencia Episcopal, Jorge Oesterheld, aludiendo a declaraciones de Grassi en el programa Almorzando con Mirtha Legrand, en el sentido de que cuenta “con el apoyo” del jefe de la Iglesia local, Jorge Bergoglio.

Oesterheld resaltó que los obispos “son respetuosos del accionar de la Justicia” y que por esa razón creen que “es bueno que el Poder Judicial actúe para esclarecer” los casos denunciados. El vocero del Episcopado, en su breve declaración ante la prensa, también recordó que “la presunción de inocencia” sigue vigente “hasta que se demuestre lo contrario”.

En la audiencia en la que se rechazó el planteo de Grassi hubo duros cruces entre la defensa y los querellantes, sobre todo con el abogado Juan Pablo Gallego. “Grassi viene diciendo desde hace años que hay un supuesto complot en su contra y que la causa fue ‘armada’ por el periodismo. En la sesión de hoy (por ayer) se cayó toda esa argumentación, terminó la teoría del complot y tiene que empezar el juicio”, afirmó Gallego.

Hoy se hará una nueva audiencia en la que continuará la lectura de la prueba acusatoria, incluyendo la pericia realizada en El Calafate, Santa Cruz, en la que se dice que Grassi tiene indicadores de personalidad similares a la de los “delincuentes sexuales”. Mañana será día de descanso y desde el lunes podría comenzar la ronda de testigos. Previamente, Grassi será invitado a prestar declaración indagatoria. Según su defensor Daniel Cavo, el sacerdote imputado está dispuesto a exponer su alegato defensivo. Al pedir la nulidad de todo el proceso, la defensa de Grassi dijo que su representado no fue notificado en tiempo y forma de la existencia de una causa en su contra, en el año 2000. Al mismo tiempo, cuestionó la validez del testimonio de “Luis”, que lo acusó por diez hechos de abuso sexual, más un cargo por corrupción, dado que “mediante la realización de los actos de contenido sexual explícito” mencionados en la acusación “pretendió alterar la sana sexualidad de la víctima”.

La fiscalía y la querella replicaron diciendo que la causa comenzó en el 2000, con una denuncia anónima y que Grassi hizo varias presentaciones. Eso demuestra que estaba notificado, mucho antes de octubre de 2002, cuando el caso se hizo público a través del programa Telenoche Investiga. Ayer, el Tribunal Oral 1 desechó el planteo de nulidad y Grassi sigue en el banquillo de los acusados.

Llamó la atención que Gallego haya salido ayer con custodia policial de los tribunales de Morón. Fuentes judiciales dijeron que corrió el rumor de una posible agresión, que finalmente no se produjo.